La última escala de Bahri en 2018 no atracó en España

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La última escala en 2018 de la naviera Bahri, originaria de Arabia Saudí que transporta material de guerra, pasó de largo por España sin tocar puerto.

Así se puede apreciar con el seguimiento de diferentes páginas web que utiliza el colectivo La Guerra Empieza Aquí, quien hace un seguimiento de estos buques.

El Bahri Hofuf, barco saudí que transporta armas y recala en ocasiones en el Puerto de Santander, esta vez ha pasado de largo en España.

El pasado 20 de diciembre, el Bahri Hofuf parecía enfilar a Santander con el sistema de identificación automático (AIS) apagado (una irregularidad que lleva meses cometiendo sin que las autoridades les hayan apercibido ninguna multa).

Sin embargo, finalmente rectificó su ruta por motivos desconocidos y no recaló en el Puerto de Santander, donde lleva meses recalando para cargar armas y cargamento militar procedente de la fábrica de Burgos.

Sin embargo, el barco tampoco atracó en el destino que marcaba su hoja de ruta, que era de Motril (Granada), donde su llegada estaba prevista el 23 de diciembre por la tarde.

Finalmente, tras apagar en varias ocasiones el AIS y cambiar la ruta en diferentes momentos, el barco no viró al puerto sino que siguió d largo rumbo a la costa italiana, sin tocar suelo español por primera vez en meses.

PROTESTA CONTRA LA EXPORTACIÓN DE ARMAS

Este cambio de rumbo ha tomado por sorpresa a los colectivos sociales en contra del tráfico de armas, como La Guerra Empieza Aquí, Ongi Etorri y Pasaje Seguro, de Cantabria.

Los colectivos se han preguntado si esto supone que las protestas sociales comienzan a dar sus frutos antes de que las instituciones españolas y autonómicas tomen medidas reales para cumplir con la legalidad, ya que recordemos que la legislación nacionales e internacional condiciona la venta de armas a países que están inmersos en guerras con otros países, como ocurre en el caso de Arabia Saudí con Yemen.

Sin embargo, han asegurado que se mantendrán vigilantes ante cualquier intento de confundir las protestas para retomar los tráficos cuando se aparte la mirada de sus trayectos.

En este caso, las protestas continúan, como la que ocurrió el pasado 28 de diciembre cuando un grupo de 14 activistas contra la fabricación y exportación de armamento de guerra recorrieron corriendo en 13 horas los 130 kilómetros que separan el Puerto de Santander del burgalés pueblo Quintanilla Sobresierra (junto al que se encuentra la fábrica de la que salen las armas que llegan al Puerto y acaban en Arabia Saudí), pasando por tres puertos de montaña entre los que destaca el puerto de El Escudo.

La acción, que comenzó a las tres de la mañana en el Puerto de Santander y finalizó a las cinco de la tarde en Burgos, se enmarca dentro del final de la campaña noviolencia 2018, que lleva tres años promocionando la cultura de la noviolencia y paz así como experimentando las posibilidades transformadoras de la acción noviolenta.

A ellos se han unido colaboradores de la plataforma de Burgos ‘’La guerra empieza aquí, parémosla aquí!’’, que sensibiliza contra el comercio de armas, para el relevo final. Junto al citado pueblo burgalés, tiene sede la empresa Maxam con su filial Expal, que se dedica al diseño y fabricación de material bélico.

LA GUARDIA CIVIL IDENTIFICA A LOS ACTIVISTAS QUE LLEVABAN UNA CARTA PIDIENDO EL CESE DE LA VENTA ARMAMENTÍSTICA

Imágenes de la acción frente a la fábrica

Los corredores cubrieron el recorrido en relevos de entre 5 y 21 km. pasándose mano a mano una carta para la dirección y trabajadores de la empresa en la que piden el cese de la actividad económica relativa a la industria militar.

Una vez en la parte exterior de valla de la fábrica, los últimos 10 minutos, desde la garita de control no accedieron a recogerla llamando a Seguridad. Al momento, han tenido una actitud amenazante a la vez que avisaban a la Guardia Civil, mientras los activistas acataron la orden y salieron a la par que eran perseguidos hasta la valla externa.

Finalmente, al rato de terminada la acción, a unos kilómetros del terreno de la empresa, la Guardia Civil identificó a gran parte de los activistas, así como de otros viandantes que allí se encontraban. Tras 15 minutos de espera, dejaron marchar a todos sin consecuencias directas.

EL TRÁFICO DE ARMAS Y LAS DENUNCIAS POR LAS IRREGULARIDADES

La última vez que un barco de la naviera saudí Bahri atracó en Santander fue el pasado mes de noviembre. En aquel momento, el saudí Bahri Jeddah cargó ocho contenedores con munición durante su estancia en el Puerto de Santander, pese a que la Web interna del Puerto sólo declaraba el embarque de maquinaria (tubos y otro tipo de materiales).

Esta falta de transparencia no es lo único que caracteriza a las visitas que la naviera lleva haciendo al Puerto de Santander desde hace varios meses –anteriormente cargaba su material armamentístico en el Puerto de Bilbao, hasta que la autoridad vasca renunció a ese comercio por la presión popular-.

Y es que es común que los barcos procedentes de Arabia Saudí incumplan varias leyes marítimas, como los cambios constantes de ruta o que apaguen el sistema de navegación automática, no solo en alta mar sino también en sus acercamientos a puerto, con el riesgo que supone.

Además, el cargamento de este material –que en ocasiones incluye accesorios explosivos- no se lleva a cabo del modo que requiere la ley de seguridad, al no hacerse en un muelle alejado de las viviendas y habilitado por el Ministerio de Defensa. También se ha cargado la munición algunas noches cuando la legislación exige que se haga durante el día, para mayor seguridad.

Por este y otros motivos, Pasaje Seguro ha solicitado a la Autoridad Portuaria de Santander que pidiera un informe a la Abogacía del Estado para cuestionar la ilegalidad de estos comercios –que, al involucrar a un país en guerra, también contrapondría leyes nacionales e internacionales-.

Sin embargo, el Puerto obvió esta petición, y el PRC de Santander, con presencia en el Consejo de Administración del Puerto, ha derivado esa petición a Delegación de Gobierno, a cuyo frente está el secretario general del PSOE y candidato socialista Pablo Zuloaga.

Esto ha llevado a que éste colectivo cántabro anuncie que se coordinarán con otros colectivos sociales y vecinales que se oponen al comercio de armas que acaba en la guerra de Yemen, un conflicto que ha costado la vida a más de 10.000 personas.

Lo harán, presentando acciones judiciales, al igual que se ha hecho desde el pasado verano en Motril y apoyando las denuncias administrativas que se han presentado en Bilbao, la última de ellas por parte del diputado en el Congreso David Carracedo.

Sea como sea, y pese a lo que indicaban sus propios sistemas, la última singladura del Bahri Hofuf, habitual en los últimos meses del Puerto de Santander, ha acabado obviando no sólo Santander, sino Motril (Granada), el otro puerto español en el que recalaba (y donde hay una investigación abierta por parte de la Fiscalía). Es decir, no ha atracado en España.

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