El Museo del Ferrocarril intenta esquivar la ‘losa’ de la reordenación ferroviaria

Los planes para la zona de vías no incluyen una alternativa para los fondos que gestiona la Asociación Cántabra de Amigos del Ferrocarril
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Acompañadnos a una de esas historias pequeñas que no arrastran titulares, que protagonizan personas que se empeñan en sacar adelante proyectos y que no va de grandes proyectos del siglo sino de los daños colaterales de los megaproyectos que sí acaparan portadas.

Nos vamos a la zona de las vías de tren a la entrada de Santander, en esa tierra de nadie que es el espacio de vacío metálico que hace que la calle Alta y Castilla-Hermida estén tan lejos y tan cerca. Situaros justo debajo de la nueva pasarela entre ambas (ya os hemos hablado de ella: baja temerario, plazos que se aceleran, pasarela giratoria).

Allí, en el antiguo taller de material móvil de Renfe, está desde 2009 el Museo del Ferrocarril, que repasa toda la historia que atesora este histórico medio de transporte. En él puede visitarse maquetas de modelismo ferroviario a escala, acercarse a una locomotora de vapor, subirse a un antiguo vagón de cercanías o conocer cómo eran los tranvías de Santander.

Lo gestiona la Asociación Cántabra de Amigos del Ferrocarril (ACAF), creada en 1978 por un grupo de “locos” aficionados y amantes del mundo del ferrocarril y su historia, con implicaciones que hablan del impacto que supuso en la revolución industrial, en la consolidación de las naciones y la vertebración de los países.

Los socios, a través de sus cuotas, y las visitas, con sus donativos, han soportados los gastos inherentes al funcionamiento de la asociación y el museo, ya que el apoyo institucional ha sido más bien magro.

Pero, tal y como contaba este martes en EL FARADIO en ARCO FM su vicepresidente, Pablo Cantero, cuando empezó a hablarse (otra vez) de la reordenación ferroviaria se encontraron con que en los documentos previos, que hacen desaparecer las vías bajo una losa que ha generado debate, su edificio “desaparecía” sin que quienes habían tomado esa decisión les facilitasen alternativa para acoger todo el material histórico que exhibían.

Sí que se supo que todo el espacio liberado por el cambio de trazado de las vías y el generado por la supuesta losa de hormigón que va a recubrir el nuevo trazado, pasa a manos del Ayuntamiento de Santander, que les ha trasladado que no cederá esos espacios, no tampoco se hará cargo de un museo ferroviario municipal, con la cesión de todo el patrimonio de ACAF.

El futuro ya era poco claro, pero es que además en noviembre de 2018, ADIF, la empresa pública estatal que gestiona las infraestructuras ferroviarias, les notificó la extinción del contrato de alquiler que mantenían con ellos, extinción justificada en una de sus cláusulas en las que se recogía que ante la necesidad de retornar el bien a sus propietarios por causas de necesidad ferroviaria o urbanística, el contrato se daba por finalizado el 31 de diciembre de 2019.

A finales de ese año, 2018, nos fue entregada el acta de expropiación del edificio, por parte del Ministerio de Fomento, acto administrativo previo para poder exigir el desalojo del mismo.

Es decir, a día de hoy la asociación y el museo están en precario, prácticamente ocupas en unas instalaciones de las que eran inquilinos que pagaban con sus recursos. Fue una institución la que les cedió un local que no dejaba de poner en valor un patrimonio ligado a esa institución, fue una institución la que comenzó a cambiar los planes y han sido esas instituciones las que no han previsto una alternativa para los efectos de sus decisiones.

El Museo del Ferrocarril tiene página Web, y puede visitarse martes y viernes desde las 19.30 horas, además de contactando con ellos para visitas guiadas como las que constantemente reciben de colegios o asociaciones.

Esta noticia ha sido sugerencia directa de nuestros socios.

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