La escritora Patricia Manrique será la protagonista de la tercera charla que ha organizado La Vorágine durante este Estado de Alarma. Bajo el nombre de su libro ‘Lo común sentido como sentido común’ está este coloquio, que se celebrará el viernes 29 de mayo a partir de las 19:30 horas.

‘Lo común sentido como sentido común’ de Patricia Manrique

Ahora Manrique presenta ‘Lo común sentido como sentido común’, un nuevo título editado por La Vorágine dentro de su línea ‘Textos(in)surgentes’, y que responde a la consigna de agitar políticamente el avispero pero con-sentido.

Para asistir a esta presentación, con aforo muy limitado por las normas del desescalamiento, es necesario preinscribirse, mediante el teléfono en el 942 375 226 o en el link de tickets. Desde La Vorágine piden “que sólo te registres si realmente vas a venir y que, si por alguna urgencia debes cancelar tu asistencia, nos informes. Sólo caben 18 personas en el local”.

En esta presentación estará también presente la socióloga María Montesino, “y las que queráis dejaros atravesar por las ideas que pone en juego Patricia Manrique y que provienen del pensamiento radical occidental, de los feminismos del sur o incluso de algunos de los núcleos de resistencia originarios para devolvernos, al final del viaje, a nuestras comunidades de vida cotidianas” explican desde el espacio de Cultura Crítica.

Un profundo cuestionamiento a la racionalidad neoliberal, “un canto al placer en la defensa de la vida, a la dicha que proporciona vivirla sabiendo que no estamos solas y a una felicidad que procura una nueva riqueza que nada tiene que ver con el capital y que, poco a poco, estamos inventado en común”.

CENTRARSE EN LO COMÚN

A finales del pasado mes de abril se hubiera celebrado esta charla, que fue cancelada por motivo del Estado de Alarma, pero que ya cuenta con nueva fecha. En declaraciones a EL FARADIO, la filósofa, profesora y activista daba unas pinceladas sobre lo que será este nuevo libro.

Precisamente lo que dice en su obra casa con la evolución del movimiento que han impulsado muchas mujeres. Consiste en el debate y también en poner en común experiencias para tratar de resolver problemas de índole social, llámese brecha salarial, afrontar de una manera más generosa el tema de los cuidados o la violencia machista.

“El 8M ya es una institución de la sociedad civil y es un día estupendo”, señala. Y lo califica de “movimiento político”, pero “no politizado”, como respuesta a las críticas que suscita y que se han visto reflejadas en algún que otro incidente en las manifestaciones de Madrid y Barcelona. Para Manrique hay muchos más puntos de consenso que de disenso dentro del movimiento, pero destaca que se trata de algo muy complejo y que por eso no da respuestas unitarias.

Anima a que el feminismo siga trabajando en todas las cosas en las que se está de acuerdo y que ha logrado mover leyes en varios países para responder a las demandas que las mujeres expresan de manera global, con mayor o menor libertad dependiendo del lugar donde quiera manifestarse.

Hablando de su libro, se refiere a la inhumanidad existente en el mundo actual, y es algo que se refleja en un hecho terrible como el que acontece en la frontera entre Turquía y Grecia y donde Europa está actuando con la represión y no con el asilo a quienes necesitan ayuda.

Portada del libro Sopa de Wuhan

A Manrique le parece una actuación comparable con el comportamiento de los nazis, con familias gaseadas por la policía. De ahí la tristeza porque la concentración en Santander del pasado abril para protestar por esta situación sólo tuviera 200 asistentes.

Además, la filósofa cántabra ha sido incluida en una recopilación de textos de pensamiento sobre el coronavirus titulado ‘Sopa de Wuhan’.

El capítulo que escribe, “hospitalidad e inmunidad virtuosa” habla sobre pararse y pensar, en vez de actuar con prisa, y sobre la hospitalidad y responsabilidad.

Manrique es investigadora independiente, licenciada en Filosofía, y máster en Pensamiento Contemporáneo. Actualmente, investiga para su doctorado sobre lo político como terreno de la responsabilidad infinita y en una noción filosófica y ética de democracia como figura de lo común.