Este miércoles, en su habitual horario de las 19:00, la Librería Gil de Santander acoge la presentación del libro ‘Las invisibles’, del periodista Peio Riaño, que escribe para el diario El País.

Aparte de periodista es historiador del arte y eso le da un conocimiento importante de la materia. Y en su libro denuncia que el Museo del Prado (y también otros muchos lugares culturales del mundo) ejerce una discriminación contra las mujeres impropia de los tiempos en que vivimos. Y eso teniendo en cuenta que muchas de sus visitantes son precisamente mujeres.

Ni siquiera ha tenido que irse lejos a buscar datos que sostengan sus argumentos. Riaño revela que todos los datos recabados los ha sacado de la propia biblioteca del Museo del Prado. «En los últimos 10 años, el Museo ha comprado tres obras de tres mujeres distintas por un total de unos 65.000 euros y en el mismo periodo ha comprado obras de unos 120 artistas hombres por un valor de unos 20 millones de euros», según ha contado en una entrevista a EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM.

El siglo XIX fue un momento donde empezaron a proliferar los museos como lugares donde hacer acopio de cultura para que se pudiera contemplar, pero Riaño también lo identifica como una época que «fue muy dañina» en cuanto a la lucha de las mujeres por su igualdad en la sociedad.

Ahora el Museo del Prado tiene ya dos siglos de vida, pero las mujeres siguen siendo excluidas, del relato incluso. El bicentenario podría haber sido una buena ocasión, según el autor, para poder haberlas tenido en cuenta. Pero él tiene la sensación de que, en este aspecto, El Prado parece seguir viviendo en otro siglo, y la sociedad actual reclama una actualización.

«No se trata de descolgar ningún cuadro», dice Riaño. Pero sí de «tener voluntad política» para corregir un comportamiento que tiene al Museo del Prado cada vez más desconectado del lugar y del tiempo en el que vive. Para conseguir eso, es conveniente «escuchar», que es lo primero que es necesario para debatir.

En octubre llegará un primer paso importante, con la primera exposición temporal feminista, pero esto es algo «que debe llegar a la exposición permanente», según este periodista.

MUY CRÍTICO CON EL PROYECTO DE OKUDA EN EL FARO DE AJO

«No creo que la intervención de un artista vaya a dignificar un faro ni cualquier otro elemento del patrimonio histórico». Preguntado por este polémico proyecto que cuenta con el apoyo de la Autoridad Portuaria de Santander, Gobierno de Cantabria y Ayuntamiento de Bareyo, Riaño lo calificó de idea «nefasta».

Un faro y la profesión de farero ya deberían de contar con suficiente protección, por ser patrimonio material e inmaterial, según Riaño. Lo que agrava la situación, según él, es primar el turismo por encima del patrimonio, lo que habla de políticos «insensibles» y de artistas «dispuestos a lo que sea por recabar una atención que no logran con su propia obra».

También quiso señalar la afinidad, notable, entre las instituciones cántabras y el propio Okuda, «como si no existieran otros artistas en Cantabria», y el legado que dejará eso de cara al futuro.