«Cualquier reconversión del minizoo de La Magdalena pasa por su cierre»
AnimaNaturalis, BirdsFriends y la Fundación Franz Weber piden el cierre del polémico minizoo de la Magdalena después de las imágenes difundidas a lo largo del último mes y de los informes técnicos que desvelan numerosas deficiencias en el diseño y el mantenimiento de las instalaciones, así como en la salud física y mental de los animales.
La propuesta pide también que se pare la reproducción de los animales de manera inmediata y que, tras el cierre del zoológico, no se sacrifique ningún animal ni se envíe a centros donde puedan estar en peores condiciones.
Además, se pide que en consonancia con lo que dicta la ley de zoos 31/2003 se tomen medidas urgentes para mejorar las condiciones de los animales que aún residen en las instalaciones.
El minizoo de La Magdalena en Santander lleva años bajo el punto de mira por las malas condiciones de los animales que allí se alojan, pero fue la publicación de la foto de un león marino muerto y medio tapado con una bolsa de plástico lo que motivó que la problemática tomara un matiz global. Así, varios grupos de la oposición pidieron entonces el cierre de un zoológico obsoleto y que dañaba la imagen de la ciudad, y una petición ciudadana en la plataforma change.org para cerrar el zoo suma ya más de 27.000 firmas.
En este sentido, un informe técnico elaborado por un experto ajeno al Ayuntamiento de Santander confirma que el minizoo incumplía la ley de zoos 31/2003 en numerosos puntos, especialmente los relacionados al mantenimiento adecuado de los animales, a la atención médica de los mismos y a la finalidad de educación y conservación que todo zoo debe tener. La recomendación final de este experto es que el zoo se debía cerrar, pues no cumplía ninguna función positiva ni para los animales, ni para la conservación de la naturaleza ni para la sociedad.
El gobierno municipal se ha negado en reiteradas ocasiones a iniciar la clausura de este zoológico y ha ofrecido algunos datos que no se corresponden con la realidad, como que los animales están sanos o que el león marino murió de viejo. También se demostró que el ayuntamiento mintió cuando dijo que las condiciones de los leones marinos cumplían los estándares internacionales, cuando en realidad ni siquiera cumplían las recomendaciones de las asociaciones de zoológicos.
Finalmente, recuerdan, y a la desesperada un día antes de la votación en el pleno de una moción para cerrar el zoo (que fracasó por los votos en contra de PP, Ciudadanos y VOX), el consistorio lanzó una serie de propuestas inconexas y mal preparadas sobre una posible reconversión.
La concejala planteaba que el zoo se reconvirtiera en un santuario, un centro de recuperación, un centro de rescate y/o un centro de reproducción de especies amenazadas, s»in que ni ella misma pareciese saber ni lo que significaba ni lo que implicaba cada una de estas opciones».
El ayuntamiento pretendía continuar exhibiendo animales simplemente cambiándole el nombre a las instalaciones, algo a lo que las instituciones que firman esta nota se han negado.
Cualquier reconversión propuesta pasa primero de todo por el cierre de las instalaciones como zoológico, lo que implica que no pueda haber visitantes. El ayuntamiento, en una especie de disparo en el pie, ha bloqueado este primer paso, posiblemente sin saber que así no se pueden llevar a cabo las propuestas que ellos mismos airearon. Además, las propuestas de reconversión son complejas y requieren una inversión económica importante y un análisis de viabilidad.
Sin ese análisis de viabilidad, el Ayuntamiento ha propuesto una solución sin saber ni siquiera si existe el problema; es decir, no se puede plantear una reconversión, por ejemplo a un centro de recuperación de especies marinas, sin saber el coste de la remodelación, el coste de funcionamiento ni si realmente ese tipo de centro es necesario en Cantabria.