El proyecto ‘Santander, punto de encuentro patrimonial’, integrado en el plan de reactivación económica ‘Santander a punto’, utilizará técnicas participativas para contar la historia del norte de la ciudad.

“Un relato que entrelazará las voces de la memoria colectiva de Cueto y Monte con las vivencias de los vecinos ligadas al patrimonio cultural, tanto el que se refiere a los bienes patrimoniales ya inventariados como a otros elementos menos conocidos que sin embargo definen la identidad del norte de Santander”, explicaba el concejal de Cultura, Javier Ceruti.

Tras una primera fase en la que se ha analizado el patrimonio ya inventariado, se afronta ahora la etapa más creativa: la implicación de los vecinos en una construcción colectiva de la historia de sus barrios.

Una zona de la ciudad que durante la Consulta Pública del nuevo Plan General ha transmitido “la gran necesidad que tienen de ser escuchados».

Y para ello se va a recoger esa memoria colectiva de sus barrios e identificar aquellos bienes relevantes, pero no inventariados, que son parte fundamental de sus vidas o de la historia de sus antepasados. Algunos de esos bienes son de orden material (lavaderos, escuelas, panteones, canteras, fotografías…) y otros son inmateriales (canciones, relatos, toponimia, tradiciones…). En definitiva, según ha subrayado el edil de Cultura, este proyecto va a ser “un banco de pruebas para una nueva forma de abordar el patrimonio cultural y la reconstrucción de la historia de la ciudad”.

En la presentación del proyecto ha estado también Ángel Astorqui, responsable de Tanea Arqueología, que es quien lidera el proyecto.

Según sus palabras, “lo innovador del proceso es que se abre un periodo de reflexión para los vecinos de esta zona norte de la ciudad sobre lo que debe ser el patrimonio!.

«Sus aportaciones habrá que tomarlas en consideración para saber con lo que se identifican, con aquello que forma parte de la identidad de esos barrios. Sólo así se podrán hacer críticas constructivas y poner en marcha políticas político-comunitarias en cuanto a patrimonio cultural se refiere, tanto material como inmaterial”, explicaba.

En cuanto a la tipología de Cueto y Monte, Astorqui las define como “zonas que denominamos espacios intermedios, zonas rururbanas, en las que normalmente las políticas públicas no ponen su atención. Normalmente se pone el foco en las zonas más urbanas, en el centro, o en lo puramente rural. Cuando realmente no hay diferencias y esos espacios quedan al albur de esas políticas públicas”.

El proyecto, que se encuentra ya en la segunda fase, se ha estructurado de la siguiente manera:

Fase 1: documentación de todos los bienes catalogados oficialmente, tanto por el Ayuntamiento como por el Gobierno de Cantabria.

Fase 2: inventario de los elementos que los vecinos consideran patrimonio, a través de reuniones vecinales en las que dirán qué es lo que les interesa y qué es de relevancia para ellos y por qué, tanto a nivel material como inmaterial. Son procesos participativos en los que Tanea realiza un acompañamiento de mediación, escucha a los vecinos y ordena las ideas y conclusiones. Ideas que serán trasladadas al Ayuntamiento.

Fase 3: puesta en marcha de una plataforma web abierta donde estarán geolocalizados todos los elementos considerados como patrimonio material e inmaterial, ya sea catalogado o no, con documentación, fotos, videos. Esos recursos para documentar esos bienes los podrán elaborar los propios vecinos.