«Es como tirar el currículum a una papelera gigante»: radiografía de una mujer joven y formada que busca empleo en Cantabria

En las últimas semanas, Raquel ha enviado 58 solicitudes de empleo. Desde profesora en un colegio hasta reponedora en un supermercado. Todas con el mismo resultado. Nada. Y en la mayoría de los casos, ni siquiera han respondido a su demanda.
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En 2019 Raquel terminó la carrera de magisterio de primaria y el curso pasado se hizo un Máster de Innovación e Investigación en Contextos Educativos. Además, tiene el Grado Profesional de Piano, que se sacó en el Conservatorio Jesús de Monasterio de Santander.

Durante tres años, compaginó sus estudios con un contrato a tiempo parcial en una escuela de música, donde impartía clases de piano. Lo dejó para poder aprovechar una beca Erasmus.

Poco pensaba ella que al terminar su vida de estudiante, con 23 años,  el panorama laboral iba a ser tan  incierto. En realidad, tanto como la situación del mercado de trabajo, le ha decepcionado la ausencia total de interés ante sus solicitudes de empleo. «Vale que no puedo llevar el curriculum de forma presencial a ningún lugar debido a las recomendaciones sanitarias, pero es que lo envío por correo electrónico y ni siquiera sé si lo ha recibido alguien, porque nadie responde. Es como tirarlo a una papelera gigante», cuenta para EL FARADIO.

MÁS DE 16.000 CÁNTABRAS ESTÁN EN PARO

Raquel es una de las cerca de 16.000 mujeres cántabras que están en paro. Su plan pasa por presentarse a las oposiciones, «Pero es que también las han suspendido. Iban a ser en 2021, pero ahora las han aplazado hasta 2022 y yo no quiero estar de brazos cruzados. Además, tal y como están las cosas, tampoco sé si las volverán a aplazar».

Las estadísticas del  mercado laboral constatan que la tasa  de ocupación de las mujeres sólo alcanza el 44,92%, mientras que la de los hombres es del 54,40%, prácticamente 10 puntos de diferencia, a lo que se suma que, cuando la mujer se incorpora al empleo, de forma generalizada, lo hace en los sectores y los puestos más precarios, aglutinando el 90% del empleo femenino el sector servicios, solamente el 7% en el sector industrial.

NADA DE NADA

Con sus títulos debajo del brazo, lo primero que hizo fue intentar buscar trabajo en un colegio privado. «Como no se puede ir, mandé mi curriculum por correo a 28 colegios y ninguno me ha respondido. Bueno, desde uno de ellos me respondieron con un mensaje automático confirmando que habían recibido mi correo. Eso es lo único que he recibido», nos cuenta con resignación.

Raquel nunca pensó que iba a ser tan difícil introducirse en el mundo laboral. A sus estudios de magisterio se sumaba el máster y el título profesional de piano. Además, ha hecho cursos de todo tipo: educación especial, manipulador de alimentos, primeros auxilios, TDHA, y hasta de seguridad vial, explica.

«Me enteré de que en un colegio concertado  necesitaban dos profesores de música y me ilusioné, porque pensé que ahí si que iba a tener posibilidades, pero nada. Silencio total ante mi oferta. No es que no haya encontrado trabajo, es que no he conseguido ni una entrevista para presentarme», lamenta.

De solicitar empleo en colegios, pasó a las academias, con resultado similar, así que, poco a poco, fue bajando expectativas. Presentó solicitudes para trabajar como dependienta en tiendas de ropa con el mismo resultado. De ahí pasó a intentar cubrir vacantes en supermercados y luego ya, a todo lo que se le ocurría.

TEMPORALIDAD

Muchas de sus solicitudes respondían a ofertas de empleo temporal, pero ni eso, a pesar de que, estadísticamente, en este grupo es donde se firman más contratos.

Según la  encuesta de población activa, una cuarta parte de la población asalariada de Cantabria (44.396 de un total de 177.905 asalariados) tenía un contrato temporal en el segundo trimestre de este año, lo que implica casi tres puntos más que la media de España, 22,3%, el país con mayor tasa de empleo eventual de toda la UE, donde no se supera el 15% en ninguna de sus áreas geográficas

En total, Raquel envió 58 solicitudes de empleo y solo  recibió una oferta como repartidora de hamburguesas, que ha rechazado. » La verdad es que yo nunca he conducido una moto y para eso creo que mejor voy avanzando temas para la oposición a la espera de que me salga algo que se ajuste más a mis habilidades», nos cuenta.

Así que cuando Raquel escucha a algunos amigos más jóvenes que ella decir que están deseando ya dejar de estudiar, no puede evitar pensar ¿Para qué?.  «No siempre se lo digo, para no ser ceniza» , nos dice antes de despedirse.

Más adelante, si nuestra amiga tiene suerte y consigue empleo, tal vez compruebe en primera persona otra de las realidades del mercado laboral en Cantabria y es que, según denunciaba recientemente CCOO  en Cantabria las mujeres ganan, de media,  6.237 euros menos que los hombres, lo que significa que los salarios tendrían que incrementarse en un 32,80%, una brecha que, además, supera la media del país, siendo la quinta comunidad autónoma del “ranking de la vergüenza”.

 

 

 

 

 

 

 

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