El avance de las obras en la calle Cántabra de Potes, anunciado hace semanas como un “lavado de cara” de la zona, una de las que más identifican a la villa, ha acabado encendiendo las alarmas por la sustancial diferencia entre el adoquinado tradicional y el nuevo, a base de losetas.

Hay multitud de críticas e incluso una campaña en Change.org, en la que se advierte de que se trata de “un problema que afecta a los vecinos de Potes y a toda persona sensible a temas de patrimonio”

La Dirección General de Patrimonio ordena la paralización inmediata de las obras de urbanización de la calle Cántabra en Potes

El departamento que dirige Pablo Zuloaga solicita al Ayuntamiento el proyecto, informes y demás documentación administrativa relativa a la obra para verificar si se adecua al Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de Potes y al Plan General de Ordenación Urbana

La Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Cantabria ha ordenado la paralización inmediata de las obras de urbanización de la calle Cántabra en Potes, ante la posibilidad de que estén infringiendo el Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de la villa y las medidas particulares del Plan General de Ordenación Urbana en relación con el Conjunto Histórico.

Además, el Ejecutivo, en una resolución firmada por la directora general, Zoraida Hijosa, ha solicitado al Ayuntamiento el proyecto, informes y demás documentación administrativa relativa a la autorización y aprobación de la obra.

La actuación que se está llevando a cabo en el Conjunto Histórico de Potes supone la sustitución del empedrado tradicional por uno nuevo a base de losetas, lo que “podría comprometer la pervivencia de valores que hacen reconocible el Conjunto Histórico de Potes e infringir el artículo 53.2 de la Ley de Patrimonio Cultural de Cantabria, que establece que en los Conjuntos Históricos se mantendrán las características ambientales del Conjunto”, tal y como recoge la resolución del Ejecutivo, en la que además se alude a que dichas obras, “podrían infringir también las medidas particulares del PGOU en relación con el Conjunto Histórico, concretamente el apartado 8.1.12 del PGOU que prescribe la utilización de materiales tradicionales como el adoquín o el empedrado”.

Por todo ello, la Dirección General del Patrimonio ha ordenado al Ayuntamiento la paralización inmediata de esas obras, y le ha solicitado el proyecto, informes y demás documentación administrativa relativa a la autorización y aprobación de la obra, ya que el Consistorio no había cumplido con el trámite de notificar la licencia de obra concedida o la autorización de las obras, tal y como exige el artículo 64.4 de la Ley 11/1998, de 13 de octubre de Patrimonio Cultural de Cantabria (LPCC) y el artículo 20.4 de la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español (LPHE).

MOVIMIENTO HOSTELERO

Ahora en Liébana y también en Potes, la hostelería está cerrada. No solo por el COVID, sino porque hasta mediados de febrero no comienza a notarse movimiento en la zona. Por eso, algunos vecinos sospechan que estas obras responden a la demanda de los hosteleros que quieren poder poner terrazas cómodas para poder mantener sus negocios abiertos ajustándose a la normativa cuando llegue el momento de recibir clientes en sus establecimientos.

Y luego están los que, lamentando esta actuación, no terminan de comprender el revuelo que se ha montado por el nuevo pavimento de esta calle, cuando, recuerdan, las agresiones al patrimonio son habituales.

«Potes es un desastre urbanístico desde hace muchos años y no parece que esto vaya a cambiar. Los atentados urbanísticos se suceden tanto en el conjunto histórico del casco consolidado como en el medio rural. Al final, esto que han hecho en la calle es reversible, aunque sea a costa de gastar dinero público, pero es otra más. Potes es un pueblo donde no llega el Estado de Derecho en materia urbanística. Ahora lloramos porque han quitado el empedrado de la Cántabra, pero es una más. Por todas partes ves infracciones urbanísticas».

Quien habla en estos términos es César Gutiérrez, vecino de Potes que durante años estuvo en la oposición municipal: «lo dejé ya por desesperación». «Ganamos un montón de contenciosos administrativos, por ejemplo por la construcción de 120 viviendas ilegales y lo que hizo el ayuntamiento fue cambiar el plan para legalizarlas. Y es todo así. Lo mismo que se ha hecho ahora en esta calle se hizo en la plaza principal y nadie dijo nada», lamenta en declaraciones a EL FARADIO

En el plano político, el PSOE de Potes advertía de que estas obras no se incluyeron en el último Pleno, el 14 de enero.

Y recordaba que la capital lebaniega es un municipio declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y ostenta la categoría de conjunto histórico desde abril de 1983 y, por tanto, cualquier obra que se deba realizar y/o reparar, ha de tener muy en cuenta la conservación de ese patrimonio como prioridad.

“Estamos sorprendidos, al igual que lo están el resto de los vecinos y las vecinas”, señalaba el concejal Josu Velarde, quien avanzaba que se han puesto en contacto con la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Cantabria para saber si cumple con la normativa”.

De ser así, ha continuado, “si la cumple, únicamente manifestaremos nuestra posición y opinión y, de resultar lo contrario, procederemos a ejecutar las acciones necesarias para que la calle sea reparada sin perder su arquitectura original”.

Por su parte, desde Cantabristas advertían a de que “no es solo una cuestión de mal gusto”, sino también de “una falta de sensibilidad con el patrimonio, la historia y la identidad, que está haciendo de Cantabria un lugar cada vez más gris”.

Y desde el movimiento social Cantabria No Se Vende consideraban que este tipo de cambios debería consultarse a los vecinos, además de alertar de que “el sometimiento a la turistificación masiva convierte nuestra identidad en ‘atrezzo’ de cartón piedra, degradando nuestra calidad de vida y arrasando con cualquier obstáculo al consumo rápido”.