La sanidad pública cántabra cuenta con un total de 42 psicólogos, según datos facilitados a EL FARADIO por el Gobierno de Cantabria, que vienen a coincidir con los que manejan otras fuentes sanitarias.

El pasado mes de enero, y ante las quejas ciudadanas recibidas, el Defensor del Pueblo emitía un informe sobre salud mental y psicología, consultado por EL FARADIO.

De ese informe, previo a la pandemia, con datos de 2018 facilitados por las comunidades autónomas, se desprendía que en total había 1.477 pacientes en lista de espera para atención psicológica.

De ellos, 849 pacientes tenían una media de espera de 91,48 días, 549 pacientes de 62,6 días, 63 pacientes de 21,15 días para adultos, y 15 días para infantojuvenil), y en Atención Primaria había 16 pacientes pendientes de ser atendidos en las unidades de drogodependencias.

Fuentes especializadas indican a EL FARADIO que uno de los principales problemas es el seguimiento de los pacientes, con citas que se dan a hasta casi dos meses vista.

Con todo, el Defensor del Pueblo constataba un esfuerzo en el incremento de las plantillas, atendiendo a las previsiones de convocatorias de plazas para 2020. En Cantabria ese incremento fue de una plaza. En Cantabria se pasó de 12 en 2009 a 37 en el 2018.

A esto se suma que la propia oferta de formación en psicología clínica se considera insuficiente para cubrir los objetivos planteados desde hace años, que trataban de aproximarse al de los países más desarrollados.

TRES VECES MENOS QUE LA MEDIA EUROPEA

En general, la ratio de psicólogos en el Sistema Nacional de Salud se estima en 6 por cada 100.000 habitantes.

Con todo, la de Cantabria es algo superior a la media nacional, al situarse en 7,2 por cada 100.000 habitantes.

Según viene advirtiendo también el Consejo General de la Psicología, la media europea es casi del triple, de 18 psicólogos por cada 100.000 habitantes.

LA PANDEMIA HA DUPLICADO LOS TRASTORNOS EMOCIONALES

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud en España (ENSE) de 2017 ya había una prevalencia de los trastornos emocionales, ansiedad y depresión, cercana al 7%, más alta en mujeres (9%) que en hombres (4%).

Sin embargo, a finales de abril de 2020 en pleno confinamiento estos valores se han duplicado en la población, como suele suceder en situaciones de emergencia, encontrándose prevalencias entorno al 15% en ansiedad y 12% en depresión, según datos recabados por el Consejo General de la Psicología.

Las consultas en psicología han incrementado en torno a un 30 por ciento aproximadamente en España, según indican desde el Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental (COPAO) en el balance del primer año de la entrada del coronavirus en España.

SIN PRESUPUESTO NI ESTABILIDAD PARA UN SERVICIO PÚBLICO

El Defensor del Pueblo apunta a una “insuficiente dotación” presupuestaria y a la existencia de modelos organizativos “que no favorecen una mayor estabilidad en el empleo”. “Todo ello puede estar muy relacionado con las tensiones presupuestarias, que se vieron incrementadas mucho en estos años pasados de crisis”, señala este organismo.

Mientras, hay más de 2.000 psicólogos que prestan atención sanitaria en consultas privadas, en un área que está prevista en la cartera del Sistema Nacional de Salud, pero que “las administraciones no son capaces de ofrecer”.

En su informe, el Defensor del Pueblo lanzó la recomendación de que se promoviera, “a la mayor brevedad posible”, en el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, de acuerdo con todas las administraciones sanitarias competentes, la realización de una evaluación de necesidades específicas en materia de atención psicológica dirigida a incrementar progresivamente este tipo de asistencia en los servicios autonómicos de salud.