Llegaron del desierto

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Llegaron del desierto

El sonido de las verdes huellas está en la lluvia
nos llega desde la carretera

Almas sedientas y faldas polvorientas llegaron del desierto
su ardiente respiración y el espejismo-fundido
de sus bocas secas, cubiertas de polvo

nos llegan, ahora, desde la carretera

Y el sonido de la lluvia va contando sus historias
de sandalias en la arena, de «no dejes que te cojan»
de la pólvora en las venas disparando al corazón
de no permitas que tus huellas se borren de la memoria
de sonrisas pasajeras por la boca del adiós

de «no me olvides, por favor»…

Nos llega desde la carretera el sonido de su voz
en la distancia…

No sé si saben de fronteras las palabras, los idiomas o las lenguas
no se si saben de estar ciegas las miradas
no sé si las balas conocen el camino de vuelta
a la recámara…

El sonido de las verdes huellas está en la lluvia
nos llega desde la carretera

de «no me olvides, por favor»…

Suena como llamada en espera para el tono de mi móvil
mientras otra bomba revienta en el tímpano de dios
y la alegría alejada de sus rostros
busca una respuesta en los míos
y la lluvia hace cuentas de los posos
que dejó por el camino
Y va cosiéndose otro burka a la piel de mi conciencia

Otra vez me quedo a oscuras
otra vez me quedo a oscuras
otra vez te busco a tientas
entre tantos «no me escuchas»…

Vi la alegría alejada de sus rostros
corazones viejos y alineados de grietas
no surgen sonrisas en los inhóspitos océanos de sus labios
ni una lágrima brota del seco cauce de sus ojos
Vi como nombraban a los otros
para mantener con vida el latido de su ausencia
vi a sus pieles convertidas en sudarios
vi la tristeza convertida en insurgencia
desembarcar pateras en la mampara de mi ducha

Y ahora escucha:

«El sonido de las verdes huellas está en la lluvia.
El sonido de las verdes huellas está en la lluvia»

Y aunque el cemento sepulte su respiración asistida
aunque el ruido oculte su desgarrador silencio
aunque haya tantos burkas encerrándonos dentro
de la misma herida…

de esta suciedad convertida en burbuja
ahora escucha:

El sonido de las verdes huellas está en la lluvia

(y ya es hora de que nos mojemos).

Autora: Tú misma

 

NOTAS:
Poema inspirado/mezclado con el poema «Un llanto sordo» escrito por Nadia Anjuman
(Herat, 1980​ – ibídem, 4 de noviembre de 2005).
Poeta y periodista afgana, asesinada a golpes por su esposo, Farid Anjuman, y los familiares de este.
En este enlace podrás encontrar algunas de sus poesías traducidas al castellano:

http://faustomarcelo.blogspot.com/2019/01/poemas-de-nadia-anjuman.html

 

 

 


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