«El mensaje que queremos lanzar es que, si no hay consumo, no hay trata»

La asociación Nueva Vida ha querido focalizar su campaña de este año por el Día Internacional Contra la Trata y la Explotación Sexual en los hombres que consumen prostitución. En la foto, imagen de la concentración en Santander.
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Este jueves la Plaza del Ayuntamiento de Santander acogía una concentración con motivo del Día Internacional contra la explotación sexual, convocada por la Red Cántabra contra la Trata y la Explotación y la asociación Nueva Vida.

Conversamos con tres personas que pertenecen a esta ONG que trabaja en Cantabria en diversos ámbitos para poder ayudar a personas que necesitan que les echen una mano. Una de ellas es Julio David García, gerente de la asociación. Otra es Dava Palacios, abogada que está integrada en el Programa de ayuda a mujeres víctimas de explotación sexual de la organización, y la tercera es Olga Pallaruelo, la coordinadora de ese programa.

La vulnerabilidad tiene muchas caras, y una de ellas se ve reflejada en las mujeres atrapadas en la prostitución. Muchas de ellas, más de un 80% según la Policía Nacional, son víctimas de trata y de explotación sexual. Es decir, muchas son traídas de otros países para ejercer una actividad que pone sus cuerpos a disposición de quien pague por ellos.

García comenta que, durante muchos años, han contado desde Nueva Vida qué efectos tiene la prostitución sobre las mujeres que han acudido a la asociación, que tiene como objetivo darle «una nueva oportunidad de vida».

Sin embargo, en la campaña que han lanzado este años con motivo del Día Internacional Contra la Trata y la Explotación Sexual, que es hoy, han decidido centrarse en los hombres que deciden disponer de esos cuerpos. «El problema es que hay gente que consume y que genera estas situaciones», afirma.

«Somos más los hombres que no lo hacemos», reivindica, y por eso cree que es importante concienciar a quién sí lo hace. «¿Qué le pasa a un hombre para tener que pagar por prostitución?» es la pregunta que lanza, para después asegurar que la prostitución «en nuestra sociedad debería ser algo deleznable».

En Nueva Vida piensan que hablar de trata, explotación sexual y prostitución es simplemente sinónimo de vulneración de derechos humanos, y no dudan en afirmar que es algo que «debería estar penado».

Pallaruelo hace hincapié en la proliferación de pisos donde se practica la prostitución. Es uno de los efectos de la pandemia, dado que los prostíbulos han tenido que cerrar sus puertas en varios momentos. «Hay 300 pisos censados donde se practica la prostitución, y sospechamos que sean bastantes más», advierte.

Cuando una actividad como esta se produce en un piso es más difícil darse cuenta de lo que está sucediendo, y por eso resulta más «preocupante», si cabe. «Los pisos son más invisibles», resume.

Tanto ella como Palacios, ya más desde un punto de vista legal, explican también que esto hace más difícil actuar contra la prostitución, porque «si no hay denuncia, no se puede intervenir ahí». Al no haber una ley que impida esto en concreto, «la policía no tiene las herramientas suficientes», salvo que la víctima decida actuar acudiendo a ella.

Por esto mismo García clama por la necesidad de que haya «una ley integral» que permita perseguir decididamente estas prácticas.  «Se presentan muchas lagunas, también a nivel jurídico», dice Palacios. «No podemos mirar hacia otro lado», sentencia Pallaruelo.

Palacios habla de vulneración de derechos, pero también de una «vulneración de la dignidad» de estas mujeres. El objetivo para Nueva Vida es «erradicar todo tipo de prostitución porque la vinculamos con la explotación sexual».

García comenta lo importante que es que haya políticos que se vayan sumando a mensajes de este tipo. «Es maravilloso que la ministra de Igualdad, el diputado del PSOE por Cantabria, el presidente del Parlamento de Cantabria o el vicepresidente de Cantabria se mojen» en un asunto espinoso como este. Es una señal de que la prostitución ya no es algo tan normalizado como antes.

El gerente de Nueva Vida cree necesario que haya un «clamor del estrato más bajo al más alto de la sociedad» y manifestaciones de autoridades políticas las interpreta también como que se van «dando pasos, pero necesitamos más».

Ya hace meses que se puso en marcha un taller de formación de Nueva Vida, en colaboración con la marca de ropa Austral, para darle esa oportunidad a las mujeres víctimas de trata y explotación sexual de que puedan enfocarse hacia otro horizonte y poder realizar un trabajo fuera de la prostitución

«Se lo ofrecemos a mujeres que están ejerciendo la prostitución y que desean salir de esa situación» cuenta García, y resalta los frutos que van surgiendo de esta iniciativa, como que «la mitad de las mujeres tienen la clasificación de mujeres víctimas de trata», algo que no es tan fácil de conseguir.

Pallaruelo se muestra muy contenta de que se haya abierto esta puerta. «Si gente que consume prostitución oyera alguna de las historias de estas mujeres, creo que no lo volvería a hacer», opina. Y se la nota emocionada hablando de esta experiencia, resumida en que una mujer acostumbrada a un mundo tan desagradable como el de la prostitución aprenda algo distinto y se sienta «feliz por ser capaz de hacerle un pantalón a su hijo».

«El problema de estas chicas, al margen de lo legal, es que no tienen formación y no han trabajado en sus países de origen», relata Pallaruelo. El taller, por tanto, se convierte en una oportunidad de sentirse útil para cosas distintas y mirar al futuro con una perspectiva más amable y con mucho menos dolor.

García resalta que «aparte de Austral, el Ayuntamiento de Camargo colabora con la escuela taller, certificando el curso y además ofrece una financiación muy generosa para cubrir parte de la puesta en marcha de este taller». Es importante que estas realidades sean mejor identificadas, por la ciudadanía y también por las instituciones, para que esos pasos hacia delante se sigan sucediendo.

El gerente de Nueva Vida también considera importante que las movilizaciones que se convocan en una fecha tan señalada como esta sean exitosas y reúnan a cada vez más ciudadanos que rechacen la trata y la explotación sexual como usos aceptables es una sociedad como la nuestra.

«SE ACEPTA QUE POR DINERO SE PUEDE VIOLAR A UNA MUJER»

El tema de la trata y la explotación sexual también ha sido debatido en nuestra tertulia del 23 de septiembre. Una de las personas que intervenía en el espacio de debate, en Arco FM, es Miriam Bustillo, de la Fundación Secretariado Gitano y de Mujeres Jóvenes de Cantabria.

Ella piensa que hay muchos debates sobre esta cuestión que resultan una pérdida de tiempo, porque lo efectivo es identificar lo que sucede cuando hay una relación tan perversa como la que se establece entre una mujer que se forzada a ejercer la prostitución y los clientes que pagan por estar con ella. Por eso cree que «no se debe avanzar hacia la regulación, sino hacia la penalización y la no normalización» de que existan estas prácticas.

«El verdadero problema es que se esclaviza a mujeres» y prosigue diciendo que «se acepta que por dinero se puede violar a una mujer». «Es cuestión de machismo», sentencia. Identifica en la educación una forma de avanzar y también cree que «le debemos pedir a la sociedad una mayor sensibilización» porque es un tema que no nos queda lejos, si no todo lo contrario.

Al igual que hacen desde Nueva Vida, señala el problema de las personas que buscan sexo por dinero. «El hecho de que exista la prostitución es porque hay una demanda tan grande que no se puede cubrir con las personas que la ejercen libremente», aunque lo de «ejercer libremente» lo dice entre comillas.

Bustillo opina que los «prostíbulos son sitios donde se ejerce violencia y explotación» y recuerda que «que algo esté socialmente aceptado no significa que esté bien».

También reconoce que es un tema complicado y que «el Estado de bienestar quizá no pueda integrar a todas las personas que se dedican a la prostitución, pero tenemos que trabajar hacia un escenario en que no sea normal que se acceda al cuerpo de las mujeres» como hasta ahora.

Bustillo afea que algunas veces se use la expresión ‘trata de blancas’, porque eso deja fuera a muchas «mujeres racializadas». De hecho, cada vez son más la mujeres en Cantabria y en España que, además de provenir de otros países, tienen color de piel diferente, y por eso la manera de definir ese delito debería quedar en desuso.

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