Otro modelo de afrontar el envejecimiento, basado en la autogesión, la ayuda mutua y la colaboración

Tras casi nueve años de gestiones, el proyecto de alojamientos colaborativos autogestionados 'Brisa del Cantábrico' está cerca de comenzar a ser una realidad
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Tras casi nueve años de gestiones, el proyecto de alojamientos colaborativos autogestionados ‘Brisa del Cantábrico’ está cerca de comenzar a ser una realidad. La iniciativa, que nació en la comarca de Las Siete Villas en el año 2013, ha tenido que sortear distintos problemas administrativos, al ser la primera vez que se intentaba poner en marcha un proyecto similar en nuestra región.

Explican sus responsables que lo más difícil ha sido conseguir un recalificación de terrenos. Los cooperativistas, que son más de 400 ya, compraron una parcela en Meruelo de más de 90.000 metros cuadrados «con una ligera pendiente y orientada al sur» , pero era necesario recalificarlo para que pasara de rústico a dotacional, lo que finalmente se ha conseguido a través de una modificación puntual. «Nosotros no somos ni una residencia ni una vivienda compartida y cuesta que la administración lo entienda. Pedimos la recalificación del suelo a dotacional porque somos una entidad sin ánimo de lucro, la propiedad es cooperativa y nosotros lo que tenemos es derecho de uso y disfrute, pero no formamos parte del mercado especulativo. No se puede dividir ni vender. Lo que ponemos en marcha es una comunidad colaborativa», explica Nemesio Rasillo, presidente de la cooperativa.

La idea no es nueva. En los países nórdicos hace años que funcionan este tipo de comunidades que ahora llegan hasta nuestro país. “El proyecto integrará, en la localidad de San Miguel de Meruelo, espacios de uso privativo y zonas comunitarias en los que no sólo se comparten gastos y lugares de convivencia, sino que se desarrollan dinámicas de apoyo mutuo y actividades conjuntas. Es una alternativa social innovadora en España que ofrece un nuevo modelo de convivencia para un envejecimiento diferente, así como múltiples ventajas a sus residentes, a la Administración, al territorio rural donde se asienta y al medio ambiente”.

Eso sí, el proyecto de Cantabria es el más grande de nuestro país «por volumen y calidad». Este tiempo de retraso provocado por los trámites administrativos ha servido para avanzar en la organización y la cooperativa ya dispone de un reglamento de régimen interno.

Nemesio Rasillo explica para EL FARADIO que los socios aspiran a compartir su proyecto de vida en comunidad para conseguir un envejecimiento saludable y participativo. «El proyecto se basa en la autogestión, la solidaridad, la ayuda mutua y la colaboración. Diseñamos  viviendas para tener una vida privada y luego espacios comunes para compartir servicios, actividades y cuidados, porque somos conscientes de que un alto porcentaje será dependiente y necesitará cuidados específicos».

400 socios están ya involucrados en el proyecto y la lista de espera supera las 100 personas. Los promotores explican que sólo se admiten 10 o 12 personas de cada año  con el fin de que no se cree una comunidad que envejezca al mismo tiempo.

La iniciativa planteada por Brisa tiene un marcado carácter social, planteado como un proyecto no elitista, asequible para los niveles económicos familiares más habituales en Cantabria y España. En esta línea, la cooperativa es un referente para todos los nuevos proyectos Senior Cohousing españoles, ya que los miembros asumen en grupo la dependencia sobrevenida y su financiación, y aplican el principio de solidaridad con las personas socias que no puedan hacer frente a la cuota mensual de residente y de dependencia.

Asimismo, es, también, un proyecto sostenible en el aspecto medioambiental, aspirando, entre otras cosas, a una construcción passive house y a una autogeneración energética que cubrirá el 70% del consumo.

Su ubicación en el medio rural es una fuente de actividad económica y laboral y un impulso para fijar población y mantener vivas las localidades afectadas, alcanzando la cifra de 50 los empleos directos que se crearán, en adición a los empleos indirectos que generará. Además, Brisa del Cantábrico es una comunidad abierta al entorno inmediato, el municipio de Meruelo, y cuenta ya con proyectos de integración y colaboración con su vecindario en aspectos solidarios, recreativos y culturales.

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