‘Santander, Hábitat Futuro’, el trabajo que hicieron en común Landlab y Paisaje Transversal, es el gran éxito que esgrime Ciudadanos tras esta legislatura de Gobierno de coalición en la capital de Cantabria. Con un PGOU vigente de 1997 (tras la anulación, en 2016, del aprobado por el PP en 2012), son bastantes las voces que reclaman un nuevo plan. Era el gran objetivo de Javier Ceruti.

Lo primero que hace es admitir que este modelo de ciudad no es suyo ni de su partido, sino de los ciudadanos, por el proceso de participación que se abrió para que incorporasen ideas y opiniones. Según Ceruti, este fue un cambio de paradigma. Acostumbrados a que se gobernase Santander para el 1% de la población, aquí se trataba de «saber lo que quiere el 99%, no el 1%, y eso al PP le choca», según dice en una entrevista concedida a EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM.

«Hubo gente que ganó mucho dinero con destruir», lamenta, en referencia a la época anterior a la entrada de la formación naranja en el Ejecutivo municipal. Ahora, con este nuevo modelo urbanístico, Ceruti cree que Santander «ha dejado de ser el pastel del que pueden sacar tajada».

Una de las mejores señales que recibe es que otros grupos municipales «lo quieren hacer suyo. Eso es lo que queremos. Si llegan los otros y lo entierran, será como el anillo de Mordor, palpitará aunque este a un kilómetro bajo tierra porque es tan potente y tan pedido por los ciudadanos, que va a salir adelante quieran o no». Así de seguro se muestra el candidato de Ciudadanos.

A lo largo de la entrevista, Ceruti destaca la labor que han hecho en el Ayuntamiento. Por un lado, la de su compañero Felipe Pérez Manso, poniendo de ejemplo lo que hizo en el Instituto Municipal de Deportes, porque durante la pandemia las restricciones cambiaban muy a menudo, pero decidieron no cerrar «para tener un espacio para el deporte». Pero, por otro, también ensalza a todos los directores generales de sus áreas, contando que los dos concejales servían de parapeto mientras los jefes de cada área se dedicaban a trabajar.

También llama la atención sobre Cultura por lo contento que ha terminado esta legislatura. Por la buena gestión de la Fundación Santander Creativa o por las facilidades que ha encontrado por parte de la Fundación Caja Cantabria. Y no se olvida de la oposición municipal, que echó una mano al Gobierno municipal con los dos planes de choque aprobados, ya que «se permitió inyectar dinero en la cultura, que lo ha pasado muy mal, como la hostelería».

Ceruti entiende las quejas de la oposición respecto a lo que ha sucedido en el Ayuntamiento en estos cuatro años, pero también dice a esos otros partidos que eso no tiene nada que ver con haber visto todo desde dentro. Las críticas y las acusaciones han sido permanentes. Un alto porcentaje de las ruedas de prensa que tenía que dar como portavoz incluían mensajes poco agradables para el PP. Se defiende argumentando que «yo no me tengo que llevar bien con el PP, sino con el ciudadano».

El gran capítulo de las fricciones ha estado en el tema del contrato de basuras y limpieza viaria de Santander. El líder de Ciudadanos afirma que «hemos acabado con la impunidad». El contrato llevaba seis años en vigor cuando llegó el pacto de Gobierno. Se abrieron varios expedientes a la empresa concesionaria, la UTE Ascan-Geaser, ambas empresas del Grupo SADISA, pero nueve de ellos se abrieron al día siguiente de las elecciones municipales de 2019. Ceruti explica que los 15 anteriores se habían dejado morir, toda vez que nadie se empeñó en que continuaran su curso. Sin embargo, al entrar la formación naranja en el Gobierno y hacerse con el área de Contratación, sí hubo un seguimiento de esos últimos nueve, que al final han sido la llave, según Ceruti, para poder resolver el contrato.

«Desde 2013 había incumplimientos, y lo decía Intervención, que ha dicho que se han pagado 10 millones más de lo que se debía, porque durante años se pagaban las facturas como si se estuviera prestando bien el servicio, y esa es la mayor dificultad jurídica que tenemos para recuperar ese dinero». Es decir, un contrato a la baja que lo que ha provocado es tener un servicio mucho peor, pero al final la cuantía acabaría siendo más alta de lo que decía el contrato sin que eso se traduzca en una mejora del estado de la ciudad.

Otra de las quejas, esta reciente, es que se han enterado, ya acabando la legislatura, de que en la ciudad, donde debía haber 1.300 empleados públicos, en realidad hay menos de 1.000. Ceruti acusa de una «inoperancia del PP en la gestión del personal que ha sido dramática. Ese es el agujero negro del Ayuntamiento».

Esto desemboca en que sea una administración muy poco eficaz. «En todos los servicios esenciales está estrangulado el Ayuntamiento y el resultado es que todo tarda en tramitarse una eternidad». Por eso pide comprensión. La relación con el socio ha sido muy difícil y además asevera que «no han cumplido su palabra en muchas partes del pacto».