El Ayuntamiento de Santander convocó el pasado mes de agosto el proceso de licitación para las acometidas del suministro eléctrico a los paneles informativos de 60 paredes de autobús en la ciudad.

Ese proceso quedó desierto por la falta de interés del sector, lo que llevó al Consistorio a consultar con varias empresas para ver qué había pasado, cambiando los pliegos en el segundo intento para una adjudicación que finalmente sólo tuvo una aspirante y, por tanto, adjudicataria.

EL CONTRATO

En concreto, según documentación municipal consultada por EL FARADIO, el proyecto consiste en la ejecución de las acometidas del suministro eléctrico a los paneles informativos de 60 paradas de autobús en Santander, ligada a distintos proyectos de movilidad y sostenibilidad financiados con fondos europeos.

La primera licitación se anunció en agosto de 2023, y en septiembre se comprobó que había quedado desierto, esto es, que ninguna empresa se había presentado al proyecto.

Y la segunda licitación salió por un presupuesto de 231.268,03 euros (191.130,60 más 40.137,43 € de IVA) y un plazo de ejecución de 22 semanas.

Esta se adjudicó en algo menos, 223.850 euros (185.000 + IVA), en una Junta de Gobierno local extraordinaria y urgente el pasado 28 de diciembre.

La seleccionada, la única aspirante, es la empresa de servicios eléctricos Chispas, por un importe de 223.850 euros (185.000 más 38.850 de IVA).

La adjudicación, según documentación municipal consultada por EL FARADIO, se aprobó en la Junta de Gobierno local extraordinaria y urgente del pasado 28 de diciembre.

Y Chispas fue la única aspirante a un proceso que previamente había quedado desierto, lo que llevó en ese momento al Consistorio a cambiar las condiciones, tras consultar a empresas, para que fueran accesibles a empresas pequeñas del sector.

EL AYUNTAMIENTO MODIFICÓ PLIEGOS TRAS QUEDAR DESIERTA LA PRIMERA VEZ

Después de que el proceso quedara desierto la primera vez, el Ayuntamiento, tal y como reflejan informes municipales examinados por EL FARADIO, consultó a varias empresas, no identificadas en la documentación.

Y de esas conversaciones surgieron modificaciones para incluir en la siguiente vez que se convocara.

Entre ellas, el aumento del precio de licitación (que subió un 16%, incluyendo la inflación y el aumento de costes de materiales, que se veía desactualizado tal y como lo había fijado inicialmente el Ayuntamiento), así como de los plazos.

CAMBIO EN LAS EXIGENCIAS DE SOLVENCIA TÉCNICA

Asimismo, se optó por cambiar las condiciones de solvencia técnica de las empresas, ya que se consideró que las certificaciones que se solicitaban (UNE -EN ISO 14002, UNE_EN ISO 9001 y OHSAS 18001) se asocian a grandes empresas, mientras que las pequeñas empresas del sector no cuentan con ellas, “lo que las excluye de base de la posibilidad de presentar ofertas”, (si bien las grandes eléctricas tampoco se habían presentado).

De modo que finalmente no figuraron las certificaciones ni fue obligatorio exigir una clasificación empresarial.

Así, la solvencia técnica se justificaría finalmente mediante la relación de obras ejecutadas en los últimos cinco años por las aspirantes, que debían ir avaladas por certificados de buena ejecución, para obras de importe similar al de este contrato o incluso el doble.

Aunque también se contemplaba la posibilidad de que la solvencia se demostrara de una forma más sencilla, incluyendo una relación de obras similares realizadas en los últimos cinco años.

Finalmente, pese a las consultas con las empresas del sector, esos cambios no atrajeron ni a las grandes empresas (a las que no les pareció atractivo en el primer intento, ya que quedó desierto) ni a las pequeñas en las que se pensaba a la hora de hacer las modificaciones, ya que sólo se presentó Chispas.