El precio, la ocupación de la acera y la necesidad de itinerarios seguros, entre las mejoras que apunta Cantabria ConBici para el nuevo servicio eléctrico
La asociación Cantabria ConBici ha hecho balance del nuevo servicio de bicicletas eléctricas en Santander, que prestará ALSA y que sustituye al TUSBic, una vez superadas las primeras semanas de funcionamiento.
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En la parte positiva, destacan tanto la calidad de las propias bicicletas como su distribución, en el sentido de que se encuentran también en zonas alejadas del centro y cerca de barrios.
No obstante, apuntan que la instalación de dichas estaciones lanza «un mensaje equivocado», al estar en muchas ocasiones situadas sobre la acera y lejos de itinerarios ciclistas.
Según recuerdan, todas las recomendaciones para la creación de infraestructuras ciclistas indican que este tipo de aparcamientos y estaciones deben situarse sobre la calzada siempre que sea posible, o en su defecto cerca de carriles bici.
Es decir, las bicicletas no deben circular por las aceras, y mucho menos bicicletas eléctricas con peso y velocidades superiores a las de las bicicletas tradicionales. Al hacerlo, «se envía un mensaje confuso cuando se promociona el nuevo servicio circulando por espacios reservados a los peatones».
Porque las bicicletas, «todas», «deben circular por la calzada o por los carriles bici». Y, sin embargo, se inaugura un nuevo servicio de alquiler de bicicletas sin trabajar previamente en itinerarios seguros, para circular, por una ciudad en la que los límites de velocidad «se siguen incumpliendo sistemáticamente», añaden.
Ese es otro de sus argumentos, la seguridad de los itinerarios ciclistas, ya que para que la ciudadanía se anime a usar las nuevas bicicletas, primero deberían tener la sensación de que es seguro circular en bicicleta por nuestras calles. Y «no es el caso, desgraciadamente», apostillan, por lo que consideran que debería lanzarse una campaña hacia los conductores en el sentido de respeto y atención a los ciclistas, incidiendo además en que las nuevas bicicletas desarrollan una velocidad a tener en cuenta.
Asimismo, se refieren al precio, sobre todo al compararlo con lo que se hace en otras ciudades: «el hecho de qué aun pagando un bono anual de 36 euros, haya un coste extra por cada uso desde el primer minuto puede representar una barrera importante para el éxito de la propuesta», señalan ,detallando que en otras localidades (e incluso en el ya extinto servicio TusBIC de la ciudad lanzado por el mismo Ayuntamiento) para los abonados se ofrece un primer intervalo de tiempo gratuito (media hora, generalmente). Ese esquema de precios les parecería mucho más atractivo que el actual, especialmente cuando el servicio de autobús TUS tiene un precio mucho más competitivo, 0, 33 euros.
La dependencia del teléfono móvil y de una app específica para utilizar el servicio también puede suponer otra barrera de entrada a cierto sector de la población, agregan.
En resumen, ven como «un importante paso adelante» el cambio a bicicletas eléctricas de un servicio que «ni en picos de afluencia turística tenía más que un uso residual» (TusBIC) y los modelos elegidos les parecen «muy adecuados» para ser tenidos en cuenta como alternativa de movilidad sostenible y medio de transporte para la ciudanía.
MUCHO TRABAJO POR HACER
En cualquier caso, observan que «hay mucho trabajo aún pendiente para que circular en bicicleta, municipal o privada, sea una alternativa atractiva».
Como por ejemplo, dotar a la ciudad de infraestructuras ciclistas, una trama y un carril central de la ciudad, de esa manera, la demanda crecerá exponencialmente.
«Las cuestas ya no son una excusa. La implantación de las bicicletas eléctricas es una parte de la política de Movilidad Sostenible que el Ayuntamiento de Santander tiene que abordar de forma definitiva», junto a políticas para el cumplimiento de los límites de velocidad, calmado de tráfico, y semaforización a favor de los peatones y no en beneficio de los coches.