La apuesta por la rehabilitación y eficiencia del Plan de Vivienda no lleva aparejados cambios en la gestión de las licencias de obras

El Plan tampoco contempla medidas para liberar viviendas vacías o solares en desuso
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El Plan de Vivienda de Santander, presentado ayer por el Ayuntamiento, despliega una serie de objetivos que incluyen una apuesta por la rehabilitación o las obras de eficiencia energética e instalación de ascensores de las viviendas ya existentes.

Sin embargo, ni en los indicadores de evaluación ni en el listado de medidas se recoge reorganización alguna del servicio de licencias de obras a las que acabaran llegando todas estas peticiones de reforma, tal y como ha podido analizar EL FARADIO.

EL CUELLO DE BOTELLA EN LAS LICENCIAS

Profesionales del sector de la arquitectura, gestores de fincas, empresas de obras y reformas, negocios que esperan una licencia para abrir o trasladarse, y vecinos particulares y comunidades vienen notando desde hace tiempo el cuello de botella a la hora de recibir la respuesta a su petición de licencia de obra, sea mayor o menor.

Lo han trasladado también organizaciones como la Asociación de Promotores y Constructores, que el año pasado llegó a cifrar en diez meses el tiempo necesario para conseguir una licencia de obra mayor que debería emitirse en tres meses.

Los propietarios del histórico Hotel Central, junto al Mercado del Este, venían denunciando retrasos en tres años que les han llevado a abandonar su plan para una residencia en un edificio que ha seguido deteriorándose, que estaba vallado y que en una de las últimas suradas sufrió incluso desprendimientos de cascotes.

Tanto la Asociación de Constructores como organizaciones empresariales como CEOE han advertido de que estos retrasos afectan a la petición de convocatorias de ayudas y subvenciones y suponen que se siguen pagando alquileres por locales con los que se ha firmado contrato pese a que todavía no se ha podido poner en marcha.

Sin olvidar el fenómeno de los presupuestos cambiantes: desde la pandemia y, en especial a raíz de la guerra en Ucrania, los encarecimientos de la energía y los materiales (la electricidad afecta a muchos procesos de la construcción, como por ejemplo la fabricación de los cristales de las ventanas) han llevado a que muchos profesionales del sector de la rehabilitación no puedan mantener durante muchas semanas un presupuesto que para ellos también es volátil. Una licencia de obra que se retrase durante meses muchas veces acaba implicando un presupuesto mayor a la larga.

El programa electoral del PP de Santander apostaba por la declaración responsable como vía para agilizar licencias. En el Plan de Vivienda no se recogen refuerzo de personal, planes de reducción de trámites o digitalización ni mejora de las formas de contactar con el departamento de Obras de una forma que no implique el conocimiento de alguno de sus responsables. Sí que se plantean oficinas específicas, incluyendo una Oficina de Rehabilitación, sin más detalle.

VIVIENDAS VACÍAS Y SOLARES EN DESUSO

En general, el Plan asume el poco margen de maniobra con el que se juega al disponer de menos suelo libre la ciudad.

De hecho, uno de los objetivos es la generación de un patrimonio de suelo urbano en la ciudad de Santander, si bien es algo que se plantea a futuro.

Los presupuestos de Santander derivaron a la Concejalía de Salud las acciones referidas a los solares abandonados en los que se acumula suciedad, comiéndose la mitad de sus partidas, mientras que la situación general de los solares quedará reflejada en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana cuando se aborde, como pactaron PP e Izquierda Unida-Podemos.

Desratizaciones y limpieza de fincas degradadas se comen casi la mitad del presupuesto de Salud del Ayuntamiento de Santander

Tampoco figuran medidas concretas en relación con la movilización de vivienda vacía, más allá de una referencia a la necesidad de estudiar la situación, al igual que con la vivienda turística.

De modo que las alternativas van llevando a la necesidad de rehabilitar los edificios que ya existen, por motivos de mejora de la calidad, eficiencia energética o la instalación de ascensores que mejoren la accesibilidad de personas con discapacidad o mayores.

En general, la edad media de las viviendas ronda los 50 años, llegando a los 75 en el centro. El 76% de las viviendas de Santander han sido edificadas con anterioridad a 1980. Se estima que 3 de cada 4 viviendas de la ciudad carece de los aislamientos adecuados, circunstancia cuyo impacto ha aumentado ante el incremento de los suministros energéticos..  Y quedan 24.000 viviendas sin ascensor (el 26% del total de las viviendas de la ciudad).

Por su parte, a pesar de que el Informe de Evaluación del Edificio (IEE, lo que se ha dado en llamar la ITV de los edificios) es de obligado cumplimiento para los edificios que superan los 50 años, son pocos los informes realizados hasta la fecha en Santander.

En concreto, y, de acuerdo con la información facilitada por la Sociedad de Vivienda y Suelo de Santander, un total de 3.691 portales tienen obligación de realizar el Informe de Evaluación del Edificio, cifra que se eleva a 4.410, si se amplía el horizonte hasta 2028.

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