El caso que se conoció en Pamplona, ocurrido en plenas fiestas de San Fermín de 2016, se acabó convirtiendo en uno de los motores del feminismo y sus reivindicaciones. El momento de indignación superó las cotas habituales y la afluencia de personas a las manifestaciones del movimiento feminista se incrementó de una manera notable.

Desde aquel caso, este tipo de delitos se han seguido produciendo, pero quizá ya no pasen tan inadvertidos. Si la víctima denuncia o hay testigos del hecho en sí, es muy probable que acaben en los medios de comunicación y que la opinión pública se entere de que eso ha sucedido.

Precisamente eso ha provocado una reacción en esta ocasión. En julio de 2022 se produjo, presuntamente, la violación grupal que ha llegado hasta la Audiencia Provincial de Cantabria esta semana. Hasta hace muy pocas semanas esto no había trascendido. Y la Comisión 8 de Marzo ha querido denunciarlo en la concentración que ha tenido lugar en la Plaza del Ayuntamiento.

En el comunicado que han preparado para esta protesta, han puesto el acento precisamente en eso, porque durante todo este tiempo no han podido apoyar a la víctima como les hubiera gustado. «Se ha ocultado esta violación grupal, lo que nos ha impedido decirle a esta mujer que no está sola».

A partir de ahí, los mensajes se dedican a señalar a los agresores como culpables de un hecho como este. Únicos culpables. En ningún caso toleran que se ponga el foco en la mujer que es víctima de algo así. De hecho, recuerdan que las mujeres sufren agresiones sexuales solo porque hay hombres machistas que se creen con derecho sobre nuestros cuerpos, que nos deshumanizan, que nos ven como objetos sexuales sobre los que ejercer ese ansia de poder y de desprecio hacia las mujeres que les domina».

Desde el punto de vista de la afectación psicológica, la Comisión 8 de Marzo cree que son los agresores quienes «tienen que romperse», y no la víctima, que es quien pasa un trago muy amargo, y no sólo por el hecho denunciado en sí.

Por eso se comprometen a empujar en muchas direcciones distintas, empezando por el Gobierno, pero también hacia instituciones educativas, sanitarias y judiciales para defender a las mujeres que sufren violencia. También incluyen en la ecuación a los medios de comunicación y a la ciudadanía.

El llamamiento para la defensa de la igualdad se alarga hasta el Ayuntamiento de Santander. «Le exigiremos que ponga todos los medios a su alcance para conseguir unas fiestas seguras y libres de toda violencia». La prevención es una posible respuesta ante un hecho tan grave como el que ha llegado a sede judicial esta semana, pero no se sabe si se ha tomado alguna medida al conocer este caso.

Además, la Comisión 8 de Marzo no ha querido dejar fuera los hechos luctuosos que se han conocido esta semana: «el asesinato de dos niñas de 2 y 4 años por su padre para hacer el mayor daño posible a su madre, y el de dos mujeres a manos de su pareja y expareja, tiñe nuevamente de horror esta concentración que hemos convocado en apoyo a una mujer que fue violada por un grupo de cinco hombres aquí, en nuestra ciudad, durante las fiestas de la Semana Grande de hace dos años».

En opinión de la Comisión, es el machismo lo que hay que erradicar, como germen del que parte una violencia capaz de ser tan cruel con las mujeres, hasta el punto de llegar a asesinar a los propios hijos.

Precisamente en el contexto del 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, fue cuando este caso se dio a conocer. Una prueba de que esto es algo que sigue sucediendo y que puede ocurrir en cualquier parte. De ahí esta concentración, para recordar que la violencia contra las mujeres sigue muy presente, y sigue mostrando una cara terrible.