La Red Cántabra contra la Pobreza urge a acelerar las acciones de apoyo a personas sin hogar

EAPN reclama la constitución de un Observatorio de la Pobreza para tener datos “fiables” que se extiendan también a la exclusión residencial
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Un ejercicio de empatía con unas gafas que en plena calle, en la Plaza del Ayuntamiento, te hacían ver cómo sería tu vida si en lugar de una casa vivieras en la calle o si los ladrillos que componen las paredes fueran en realidad cajas de cartón.

Fomentar esa empatía contra personas muchísimas veces deshumanizadas, otras veces ni siquiera  percibidas en el día a día, era el objetivo de la acción de calle que bajo el título ‘Ponte en sus zapatos’ organizó EAPN Cantabria, la Red Cántabra contra la Pobreza, compuesta por alrededor de una veintena de organizaciones sociales cántabras que trabajan directamente con colectivos vulnerables o en riesgo de exclusión.

El sinhogarismo, recuerdan, es la expresión más extrema de la exclusión social y es un fenómeno que no incluye solo a las personas que viven en la calle, sino que incluye también a las que habitan una vivienda precaria o inadecuada.

De su contacto diario con esta realidad tienen algunos datos con los que encarar el problema: pendientes de las cifras de 2023-2024 (aunque con la confirmación de una tendencia creciente), las encuestas realizadas por Nueva Vida, Caritas Diocesana de Santander y Cocina Económica, entidades pertenecientes a esta Red Cántabra contra la Pobreza y Exclusión social, se puede estimar que hasta 2022 existía una horquilla de entre 250 personas y 350 personas sin hogar y sin vivienda en Cantabria.

El perfil de estas personas corresponde a varones con una edad media algo por encima de los 30 años,  con estudios básicos y que alternan el desempleo con trabajos precarios e irregulares.

En Cantabria un tercio de las personas sin hogar son españolas, mientras que de los dos tercios restantes la mayoría procede de África, otra parte de Europa y la menor de América Latina. Entre los españoles la medida de edad es de 33,  mientras que en las personas de otros países es de 33.

A pesar de existir factores específicos que afectan de manera particular a las mujeres, el número de mujeres que viven en la calle es menor del de los hombres, ya que antes de llegar a esta situación de calle agotan todos los recursos a su alcance viviendas inseguras, soportando violencia machista o aceptando alojamiento a cambio de cuidados.

A la situación de sinhogarismo, enumeran, se lleva por distintas causas:

– Causas económicas: como la elevada tasa de desempleo o empleo precario.
– Causas relacionales: la falta de una red de apoyo, el aislamiento y soledad de las personas, la existencia de conflictos familiares o la violencia de género.
– Causas personales: la discapacidad, problemas de salud. física o mental, adicciones, un bajo nivel educativo, encontrarse en situaciones irregular o desconocer el idioma local.
– Causas institucionales: “insuficientes” respuestas de las administraciones públicas y otras instituciones, a pesar del “gran trabajo” que realiza en Santander, el Centro de Acogida Princesa Leticia.

Sobre lo que quieren llamar la atención es sobre el hecho demostrado de que “vivir en la calle mata” y las personas sin hogar están en “una situación de vulnerabilidad que implica grandes riesgos para su seguridad física, así como para su salud física y mental”.

Quieren luchar contra el estigma y la deshumanización contra las personas sin hogar, eliminando prejuicios y esa frase tan socorrida de que “las personas que viven en la calle es porque quieren”.

De cara a las instituciones, lo que reclaman es reforzar y acelerar las acciones que ya están en marcha,  la creación de las plazas en albergues y residencias, pero también una serie de programas de acompañamiento y servicios complementarios para definir y itinerarios de inclusión social que logren “una verdadera solución”.

Asimismo, inciden en la necesidad de contar un observatorio de la pobreza “que nos aporte datos fiables para abordar el problema y poder considerar todas las categorías que incluyen no sólo el sinhogarismo, sino también la exclusión residencial, es decir, las dificultades extremas de acceso a la vivienda.

EAPN

EAPN-Cantabria (European Anti Poverty Network) es una red independiente de entidades sin ánimo de lucro involucrada en la lucha contra la pobreza y la exclusión social en Cantabria constituida en 2011 y formada una veintena de entidades de acción social que trabajan en el ámbito autonómico: Asociación Cántabra de Ayuda al Toxicómano,, Asociación Ciudadana Cántabra Antisida: ACCAS, Asociación Consuelo Berges de Mujeres Separadas y/o Divorciadas, Asociación La Columbeta, AMAT Afrontando Adicciones, Asociación Nueva Vida, Asociación Pasiega de Desarrollo Social y Cultural, Asociación Ser Joven, Cáritas Diocesana de Santander, Centro Social Bellavista, Cocina Económica de Santander, COCEMFE Cantabria, Cruz Roja Española, Fundación Cuin, Fundación Diagrama, Fundación Secretariado Gitano Cantabria, Instituto Europeo de Estudios para la Formación y el Desarrollo: DOCUMENTA, Movimiento por la Paz – MPDL, Nuevo Futuro, Plataforma Romanés, Proyecto Hombre Cantabria, Ser Joven y Treboll Solidari.

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