Pablo Rivas: «No se puede dejar que la codicia de los megaproyectos acabe arrasando otro territorio como ha pasado en el Mediterráneo»

El periodista de El Salto también escribe artículos de opinión bajo el título 'Camino al Paraíso'
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«Nuestro objetivo principal es contribuir a la transformación social y a la creación de otros relatos sobre la realidad desde el periodismo de calidad, el análisis, la investigación y el humor». Así se define El Salto, en el que Pablo Rivas es periodista, redactor y Coordinador de Clima y Medio Ambiente, un medio digital generalista con una amplia mirada hacia los movimientos sociales y de servicio público, que también cuenta con una edición trimestral a modo de revista en papel.

«La gente cada vez lee menos papel y le estamos dando más fuerza al medio en digital, pero aun así la revista siempre tiene muy buena acogida», indica Rivas, que destaca que siempre intentan que «aparezcan temas de medio ambiente y clima, es una de las bases del Salto. Por ejemplo, uno de las últimas publicaciones tiene una radiografía de la situación de los ríos en España, sus problemas, presas, contaminación, etc. Es decir, reportajes más amplios, sosegados, más de lectura pausada, siempre los solemos incluir en la revista», añade.

Además, Rivas hace referencia a la gran labor que realizan las colaboradoras de ‘Carro de Combate’, que estuvieron presentes en la pasada edición de ‘La energía del cambio’ de la mano de Aurora Moreno. «Son unas grandes investigadoras y siempre están ahí dando otras perspectivas e investigando a fondo», recalca.

Pablo Rivas, redactor en El Salto

Rivas ha desarrollado su carrera como periodista, tanto en formato digital como en papel, y relata como el proceso de ir especializándose en tema de medio ambiente se produjo «de forma orgánica».

«Estuve en varios medios generalistas pequeñitos hasta que entré en el Periódico Diagonal, que es el germen de lo que hoy es el Salto. Desde que estoy en el Salto me empecé a interesar por temas como territorio o turismo, que son temas que giran alrededor del gran tema del clima pero no lo son en concreto, hasta que al final me metí de lleno en ello hasta coordinar la sección de Medio Ambiente y Clima», explica.

Una de sus últimas investigaciones ha puesto el foco sobre Ecoembes, ese ente que «no es más que la unión de la industria envasadora a la que el Estado obliga a gestionar el reciclaje», y de la que han podido saber que «solamente reciclaba el 36% de las botellas». «La verdad es que te encuentras gente así que no quiere que les investigues y encuentras muchas trabas pero no solamente en temas medioambientales, sino en general, pero tenemos mucho apoyo de las sociedad civil y ONGs que quieren que dejemos claro que no todo es como lo pinta la empresa o el Gobierno de turno, no hay que demonizar a nadie pero las cosas hay que dejarlas claras», afirma Rivas.

Por otro lado, el periodista escribe también artículos de opinión bajo el título ‘Camino al Paraíso’ que tienen una buena dosis de crítica pero también de esperanza.

En uno de los últimos habla sobre la industria fósil y las Cumbres del Clima: «No hay que hablar sólo de los récords de temperaturas que batimos cada día ni de todas las noticias catastróficas porque, al final, la gente acaba interiorizando que el mundo se va a la mierda. Hay que informar de ello, porque es la realidad, pero llegar más allá e intentar darle la vuelta, no quedarnos en el catastrofismo», anima Rivas, que señala que «en las Cumbres del Clima sí que hay gente haciendo cosas bien, pero también en este planeta enfrentarse a quien tiene dinero y ejércitos es altamente difícil o casi imposible, pero hay que hacerlo».

Asimismo, Rivas también ha querido reflexionar sobre el oligopolio eléctrico, sobre todo con problemáticas como las que generan los polígonos eólicos en Cantabria. «La sociedad civil se ha organizado y lo deja muy claro en el lema ‘Renovables sí pero no así’. Las renovables tienen que entrar pero, en zonas como Soria, Guadalajara o vosotros en Valles Pasiegos, se están arrasando zonas por completo porque hay terreno barato y no mucha gente que responda. El problema viene cuando el capital gestiona la vida de la gente, por lo que es necesario que la gente se organice para exigir que se hagan las cosas bien», indica.

El Salto también se ha hecho eco de las protestas que reunieron a miles de personas este mes de mayo en rechazo a los planes urbanísticos ligados al turismo masivo, como el que se proyecta en Loredo y Langre (Ribamontán al Mar),  con 350 segundas residencias y  un campo de golf, presentado por sus inversores dentro de un plan para convertir a Cantabria en “la Ibiza del Norte”.

«Es un tema complicado porque toca medio ambiente, vivienda el coste de la vida de la gente, etc. Además, con los niveles de temperaturas que hay en todo el sur es difícil que el turismo no se vaya en masa hacia el norte, pero no puede ser que no se controle, que se regule los Airbnbs, limitar espacios, no creo que se quiera el modelo Ibiza de arrasar con el territorio», lamenta el periodista. «No se puede dejar que la codicia de esos megaproyectos acabe arrasando otro territorio como ha pasado en todo el Mediterráneo», muestra Rivas.

En contraste con esta sobre explotación del territorio llegó el «Overshoot day» a España el pasado 20 de mayo, lo que significa que hemos alcanzado el «día de la sobrecapacidad de la Tierra» y que el país ya ha consumido el límite de recursos naturales por año que permitiría al planeta regenerarse. Todo parece dejar claro que el crecimiento ilimitado dentro de este sistema es inviable y Rivas es otro de los expertos que abogan por la teoría del decrecimiento. «Hay millones de opciones para reorganizarnos pero quien no quiere hacerlo se dedica a poner trabas para mantener su negocio o invertir en lo que toque, pero las cosas que hay que hacer las acabaremos haciendo por las buenas o por las malas, es mejor no ponernos en modo colapso y pensar poco a poco en decrecer», concluye el periodista.

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