Aunque el tono y los mensajes lo parezcan, PYMETAL, la patronal hereditaria del metal en las que los presidentes son sucedidos por sus herederos, no es la única organización que agrupa a empresas del sector. Es un recordatorio que, con otras palabras, le lanza la Federación Cantabria Metal, que pertenece a CEOE, la patronal cántabra en la que están la mayoría de las asociaciones empresariales y en la que no ha querido integrarse la asociación de los Otero.

Y ese recordatorio se ejerce de distintas formas: tras intentarlo en el ORECLA (Organismo de Resolución Extrajudicial de Conflictos Laborales), ha pasado a la vía judicial, impugnando judicialmente la mesa, en una reclamación que se abordará el 23 de mayo en el Juzgado de lo Social de Santander.

Todo entronca con la negociación del convenio del metal, ya que lo que se impugna es la mesa en la que se negocia, de la que no forma parte, y en una forma de gestionar a la que quiere imprimir una «óptica diferente».

La negociación está estancada, de hecho hay convocatoria de huelga (sendas jornadas el 3 y 6 de junio, y huelga indefinida a partir del día 9), y de nuevo en un clima que denota, como mínimo, falta de profesionalidad negociadora o de conocimiento de cómo se hace por parte de PYMETAL, con continuos retrocesos en lo pactado en función del estado de ánimo que le causen las declaraciones sindicales, aderezada con una retórica catastrofista antisindical también impropia de una organización adaptada al siglo XXI en el que las relaciones laborales se articulan incluso institucionalmente.

En cualquier caso, en lo que no deja de ser un intento por aumentar representatividad dentro de las empresas, no es que Cantabria Metal quiera diferenciarse de PYMETAL por contraste con PYMETAL: la organización de CEOE, además de abonar una especie de acuerdo entre la otra patronal y los sindicatos que, recordamos, luchan contra ella y son insultados, también se apunta a las predicciones catastrofistas.

“No podemos permitirnos una situación como la vivida hace dos años; algo así significaría el cierre de muchas empresas y la desaparición de miles de puestos de trabajo”, señalan desde Cantabria Metal, aludiendo a la huelga de 2022.

A falta de máquina del tiempo que nos lleve al futuro para comprobar si estos pronósticos -único argumento esbozado para rechazar la huelga, en todo caso, precipitada por la actitud de PYMETAL-, lo que sí tenemos es la realidad: los cierres masivos de empresas y despidos en el metal que auguraron entonces desde la patronal hereditaria para rechazar la subida de sueldos no sólo no se cumplieron -las empresas siguen en pie-, sino que incluso años después se realizó otra subida.

La patronal del metal alude a las dificultades del sector debido al aumento del Salario Mínimo –que afecta a las empresas que pagan el Salario Mínimo, lo que excluye a las que van por convenio propio-, o a la reducción de la jornada laboral, que aún no está siquiera aprobada. También alude a las subidas de impuestos  o a un factor con el que cuentan de por sí las empresas: la competencia, obviando en cualquier caso que ante cada crisis o problema de los últimos años las ayudas económicas públicas ya existentes se han incrementado.

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