La decisión del Ayuntamiento de Santander de retirar las autocaravanas del proyecto de Mataleñas, conocida anoche, ha sido recibida en Cueto como una victoria vecinal.

El Ayuntamiento plantea eliminar las plazas de autocaravanas en Mataleñas tras la presión vecinal

La decisión municipal, que no obstante no asume la alternativa que se había dado de convertir el vial en un punto verde y refugio climático, se produce tras meses de firmas, continua y creciente movilización vecinal, canalizada a través de la Comisión Defendamos Mataleñas y la asociación de vecinos de Cueto, que han logrado desmontar las principales tesis que venía sosteniendo el Ayuntamiento, que meter caravanas con infraestructura en un vial público podía llamarse «renaturalización» y que había que hacerlo para no perder fondos europeos, algo que ya no parece que vaya a suceder.

Las empresas que quieren ‘naturalizar’ Mataleñas son constructoras de obra civil

El ejemplo de lucha hay que enmarcarlo en la propia esencia del pueblo de Cueto, que ha hecho del tradicional aislamiento físico en lugar de una debilidad una fortaleza, y que viene acumulando un historial de luchas por reivindicaciones, derechos o la integridad de su espacio frente a proyectos amenazantes.

De la senda costera al campo de golf

Uno de los precedentes más significativos fue la polémica por la senda costera, anunciada como una mera adecuación para facilitar el paseo desde el faro hasta La Maruca y que de pronto apareció llena de máquinas de obra, pasarelas y elementos más propios de obra civil. Los vecinos pronto alertaron de que el trazado oficial de la senda buscaba, en lugar de respetar el trazado natural que seguía la gente, dejar espacio a un futuro proyecto de campo de golf, anunciado varias veces. La oposición vecinal fue contundente, con protestas, recursos y hasta acciones de resistencia directa. Una vecina llegó a ponerse delante de las máquinas para detener las obras, gesto que se convirtió en símbolo de la defensa del paisaje y la memoria colectiva de la costa norte.

Los ciudadanos se enfrentan a las máquinas en la senda costera

Servicios básicos: el consultorio y el transporte

Las reivindicaciones vecinales en Cueto no se han limitado al terreno ambiental. El consultorio médico rural, inaugurado en los años 70 ha sufrido cierres y reducciones de horario, especialmente desde la pandemia de COVID-19. En cada ocasión, la Consejería de Sanidad se ha encontrado con una respuesta organizada para exigir la reapertura con médico y enfermera al menos varios días por semana.

Además, el transporte público ha sido otro frente de movilización para un pueblo en el que la conexión con los servicios que hay en el resto de Santander es clave. Las líneas de autobuses fueron un logro suyo hace décadas, y, aunque fue un tema que movilizó a toda la ciudad, fueron de los que más sufrieron –y, en consecuencia, más se implicaron–, en la lucha contra el MetroTus, aquel sistema que quiso implantar el Ayuntamiento en tiempos del alcalde De la Serna y que consiguió, creando transbordos, que los recorridos fueron más lentos y, por tanto, que la periferia quedara más aislada. Finalmente, tras varias manifestaciones multitudinarias con miles de asistentes, el PP desistió del proyecto.

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