Estaba todo el mundo en el auditorio, cuya elección suponía un mensaje en sí mismo, del Centro Botín: por supuesto, los medios de comunicación, deportivos y generalistas, pero también una buena representación de la sociedad cántabra y representantes de los partidos políticos con representación municipal o el delegado de Gobierno, Pedro Casares, además de gente del mundo de la empresa y por supuesto miembros del equipo.

Bueno, casi todo el mundo: a nivel institucional, la presidenta del Parlamento –jugadora de fútbol de joven, por cierto-, María José González Revuelta se convirtió en la única representante importante del PP en la presentación del proyecto del Racing de Santander para la ampliación de los Campos de Sport de El Sardinero. Si bien dos consejeros del Gobierno habían anunciado su asistencia (Fomento y Cultura), finalmente un Consejo de Gobierno convocado de urgencia –algunos trámites varios y los servicios mínimos para la huelga de mañana– se lo impidió. Al Ayuntamiento de Santander ni se le esperaba, pero por si acaso, apareció una convocatoria de prensa de última hora, con media hora de diferencia, para presentar una ordenanza de terrazas que, bueno, seguro que no tenía una deathline de presentación.

Algo pasa en las relaciones entre el Ayuntamiento de Santander gobernado por el PP y el equipo de fútbol que lleva el nombre de la ciudad en su nombre. Dos instituciones que nos sobrevivirán a todos –podríamos sumar a Valdecilla o el Banco Santander- condenadas por ello a entenderse y que se comunican a través de los medios como si mantuvieran una confrontación política.

No parece demérito del club, cuya apuesta por la comunicación y la relación con el exterior está fuera de duda, y que presentó “discretamente” hace meses este proyecto al Ayuntamiento, que primero negó que se hubiera presentado. Una vez puesto en evidencia, trató de reducirlo a algo que no estaba en duda –que es un proyecto del club y no del Ayuntamiento- y de minimizarlo aludiendo a que no era un proyecto armado, sino una infografía, en un argumento hilarante para todos los que llevan años siguiendo una actualidad municipal que básicamente es una sucesión de ascensores acristalados, torres bioclimáticas, osos de colores y todo lo que pueda salir en general de un render y que, súbitamente, no sirve para opinar.

Tan cerca y tan lejos, desde la Casona la alcaldesa se limitaba a una primera valoración en la que no valoraba porque no conocía un detalle que no costaría más de dos whatsapps y una buena relación conseguir. E insistía en la obviedad de que es un proyecto del club y no del Ayuntamiento, por si el club o la  mera condición de cualquier espectador no lo había dejado claro. Incluso aseguró que si una autoridad acude a una presentación de un proyecto, lo está avalando –aplicando el improvisado argumento, lo estarían haciendo los cargos del Gobierno a los que les surgió a última hora el imprevisto Consejo de Gobierno-. Tiempo habrá mañana para una valoración más amplia en la convocatoria –de un evento taurino, por cierto-  en la que caerá la pregunta.

EL PROYECTO: UNA PLAZA ABIERTA A LA CIUDAD Y ESPACIOS COMERCIALES

En cuanto al proyecto, al detalle, responsables del club  desgranaron que, más allá del incremento de aforo de los 22.514 actuales a los 27.000, se genera para la ciudad en el aparcamiento en el que al PP se le atascó el falso disuasorio una plaza pública de más de 26.000 metros cuadrados, la mayor de Santander, y la incorporación de usos culturales, comerciales, de restauración y eventos, además de incluso un hotel y espacios para congresos. Y aparcamiento soterrado.

Terraza que quedaría en las instalaciones

No es esto aquello del centro de ocio que tan mal sentó en tiempos de los Díaz porque sonaba a muchos más a negocio –los viejos modos no parecen funcionar, reflexionábamos hoy mientras veíamos entre los asistentes a uno de esos históricos que venía de proponer en público llevar esto a unos anónimos y casuales suelos en Bezana-, pero que no rehúye los aspectos económicos: todo esto costará 68 millones de euros.

Y  parece que una vía de ingresos –y objeto de debate/negociación sobre adonde- serán los de los apartados comerciales, eventos, un goloso hotel pegado al club que posiblemente visiten más los santanderinos que los turistas, si bien por ahí toca hablar de colaboración pública privada y se deja claro que “no costará un euro a los santanderinos”, y que, en una preparada y gráfica frase, no se está pidiendo dinero de todos para arreglar la casa, sino que se está arreglando la casa para que la disfruten todos.

La palabra es, en alusión al poco uso que tiene ahora el campo –unas dos horas cada dos semanas y no todos los meses del año–, “abierto”, al propio Sardinero, a la ciudad, conectando con el paisaje marítimo y montañoso que se cruza allí. Y  urbanísticamente se engarza con los discursos de sostenibilidad propios de 2025 que siguen chirriando en la capital de los carriles bici sobre las aceras y que se apoya tanto en el plan estratégico de la ciudad como en el denostado y luego apropiado Santander Hábitat Futuro –el modelo de ciudad-.

El propio Manolo Higuera, presidente del club –crítico con la decadencia de una zona noble como El Sardinero- tiraba de realismo y conocimiento de la administración para cuestionar la tramitación del Plan General de Ordenación Urbana, ahora en sus momentos superiniciales, y no escatimó recuerdo a que el anterior acabó anulado. Hará falta, como mínimo, una modificación puntual, que también llevan sus trámites –excepción hecha de la exprés para el Centro Botín, en la que cada día había un paso salvado-.

La ‘venta’ estaba bien planteada: con alusiones a la historia y a los sucesivos momentos en que el club ha sido ambiciosa, con la referencia al escenario –el Centro Botín- como ejemplo de colaboración público-privada –en la que, conviene aclarar, lo privado paga un canon anual majo a lo público, el Puerto- y, sobre todo, a la legitimidad de los actuales gestores.

Esa la exponía Sebastián Ceria, presidente de la Fundación Racing, ligado a Cantabria por motivos familiares y argentino al que se le presupone, y demostró, capacidad de comunicación y emoción, valga la redundancia, recordando la ilusión sembrada en esta nueva etapa en la que lo económico no parece ser una preocupación constante, materializada en ese “una ilusión nos persigue” que ha atronado en muchos partidos.

Por todo eso, apelaba a un “liderazgo político e institucional” que supere la imagen de la política como confrontación, en un discurso más propio de quien media entre partes que de a quien una –el Ayuntamiento- está situando, de momento de modo educado, como la otra parte. La pregunta, por si esto estalla, es quien de los dos, club o institución municipal, tiene más masa social, arraigo, trayectoria y cariño en la ciudad.

📌 DATOS TÉCNICOS DEL PROYECTO ‘NUEVO SARDINERO’

• Promueve: Real Racing Club
• Diseño: Estudio IDOM (César Azcárate)
• Modelo: Colaboración público-privada
• Superficie total: 26.000 m² de espacio público
• Aforo actual: 22.514 personas
• Aforo proyectado: 27.000
• Usos añadidos: museo, hostelería, oficinas, eventos, zonas hospitality
• Integración urbana: conexión con el eje verde Picos de Europa – Las Llamas – litoral
• Estado urbanístico: pendiente de adaptación del PGOU

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