La otra vez que el Ayuntamiento hizo trámites exprés en Puertochico: las licencias de las obras que causaron el derrumbe en Sol,57
Fue instalar los vecinos de Andrés del Río una pancarta criticando la instalación de un McDonalds en el mercado de Puertochico, con referencia expresa a la alcaldesa de Santander, Gema Igual, y aparecer al día siguiente la Policía. Y fue aparecer los agentes en la zona y a las pocas horas emitirse un informe que aseguraba que la pancarta crítica con la gestión municipal no cumplía la normativa municipal, equiparando un mensaje vecinal crítico con el PP con un anuncio publicitario (es decir, el llamamiento a adquirir un producto o marca con fines económicos).
En Santander, es cada vez más frecuente el movimiento de arqueo de cejas al seguir la actualidad municipal (por ejemplo, ahora las infografías no sirven para emitir informaciones sobre proyectos), y al trascender ese informe exprés en horas, muchos volvieron a hacerlo recordando los más de seis meses que tarda ese mismo departamento (Arquitectura, dependiente de Obras) en tramitar licencias menores, sean para particulares o incluso para negocios cuando afrontan obras de envergadura.
Desde el edificio de Andrés del Río, alto y amarillo, se divisa todo Puertochico y fue uno de los ‘palcos’ desde los que se contempló, va para ocho años, el derrumbe del número 57 en la calle del Sol –sin heridos-, donde se habían realizado unas obras en el bajo para instalar un bar que querían instalar unos empresarios cercanos al equipo de Gobierno.
Tras el susto inicial –en pleno verano, en pleno centro–, comenzaron a trascender los pasos que se habían dado a esa obra, de cuyo impacto habían advertido los vecinos al notar grietas en sus casos, y fue otro de esos casos en los que los trámites para la licencia fueron exprés, mientras que los de parar las obras cuando no las tenían se dilataron y no llegaron a comunicarse.
Por ejemplo, una de las licencias de obra menor se tramitó en el mismo día en que se registró la solicitud. El 26 de mayo de 2017, la petición entró en el Registro a las 13:25 horas, minutos después, el técnico del Servicio de Arquitectura emitía un informe favorable.
Otra licencia previa, solicitada el 29 de marzo, había recibido informe técnico en apenas cuatro días. La licencia de obra mayor —la que realmente correspondía al tipo de intervención que se estaba ejecutando— tardó once días en concederse, frente a los tres meses de media que denuncian habitualmente profesionales del sector en la ciudad.
En cambio, el proceso para paralizar las obras ya iniciadas sin permiso fue mucho más lento. Tras la primera denuncia vecinal, el Ayuntamiento tardó seis días en emitir una orden de paralización, y otros seis días más en comunicarla a la Policía Local, encargada de hacerla efectiva.
Cuando finalmente los agentes acudieron, el 27 de junio, las obras ya contaban con la licencia de obra mayor. La Policía, sin tener constancia previa de ello, contactó con el Servicio de Obras, donde se les indicó por teléfono que permitieran que los trabajos continuaran. No existía aún una resolución escrita que autorizara la reanudación ni los informes jurídicos previos obligatorios.
Esa misma tarde, se inició un trámite exprés para justificar legalmente la continuidad de las obras. La asesora jurídica del Ayuntamiento consultó con el jefe del Servicio de Arquitectura, que al día siguiente —28 de junio— respondió con un informe favorable. Con ese documento y el informe jurídico, el concejal de Obras, César Díaz, firmó una resolución que archivaba el expediente de obra ilegal y validaba las obras ya ejecutadas.
En esta cadena de decisiones, el Servicio de Arquitectura jugó un papel clave. Fue el departamento que validó la licencia en tiempo récord, elaboró el informe que sustentaba la reanudación de las obras y recibió —pero no respondió— a la segunda denuncia vecinal, acompañada esta vez de un informe técnico privado sobre los posibles daños estructurales.
Además, se demoró trece días en elaborar un informe sobre la primera denuncia vecinal, mientras que el informe que permitió levantar la paralización se redactó en solo 24 horas.
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