ANÁLISIS

El juego se llama ‘Bomba’

En el último capítulo de ‘Tensión en Peñaherbosa’, el PSOE convoca Ejecutiva urgente y extraordinaria para esta tarde, tras el NO del PRC a Pedro Sánchez y las acusaciones de “traición” desde las filas socialistas, y el PRC insta al PSOE cántabro a que aclare si seguirá o no en el Gobierno regional, porque “la pelota está en su tejado”. La reacción de despecho socialista a la infidelidad regionalista amenaza con una versión cántabra del Chicken Game. El juego se llama 'Bomba'
Tiempo de lectura: 6 min

El juego es un clásico. En Cataluña se ha llamado ‘Chicken game’, que es la competición macarra versión hollywoodiense de dos coches acelerando hacia un barranco, hasta que el más ‘gallina’ abre la puerta y se tira por la ventanilla para no caer por el precipicio; en España, de pequeños, jugábamos a ‘Bomba’. Y a ese grito el jugador que tenía la pelota en sus manos se quemaba. Eliminado.

Hay otra metáfora que describe bien lo que está por suceder. El PRC ha cometido una infidelidad televisada para toda España, a lo Gran Hermano. El PSOE, despechado, ha comentado en los platós que es imperdonable, una “triación”, algo con lo que teóricamente no se puede convivir. Pero claro, el matrimonio tiene hijos. Digamos que los  cántabros, o los votantes cántabros, o los cántabros progresistas y los regionalistas. Muchos hijos. Y pedir el divorcio tendrá consecuencias. ¿Qué es mejor? ¿Seguir con el matrimonio de conveniencia o romper por dignidad?

El PSOE tiene que ponderar si quiere hacer récord de dignidad o si Zuluoga se hace un Buruaga. La presidenta del PP estuvo muy cerca de dimitir cuando le impusieron de candidata en Cantabria a Ruth Beitia, pero entonces recibió muchas llamadas que la llevaron a seguir. Suele ser “por responsabilidad”. Quiere decir dos cosas: la A, que si te quedas puedes enderezar el rumbo – a Buruaga le salió bastante rápido porque Beitia cayó por su propio peso; la B, que si te quedas puedes mantener la posición de los tuyos. Los cargos, esos que ahora se miran en rojo, son los mismos que podrían interesar al verde regionalista, al azul popular o al naranja ciudadano. Da igual cómo se mire. Lo que importa es cómo se cuente.

Los socialistas saben que el titular mainstream no será tan generoso como cuando Buruaga rectificó “por responsabilidad”; va a ser ‘Zuloaga se hace popó’ – o algo aún más escatológico. Pero la Ejecutiva del PSOE tiene que leer más allá. Una salida metadigna de Peñaherbosa es regalar el Gobierno completo al PRC y las políticas a la derecha. Tiene 7 diputados de 35: ¿Qué será del impulso legislativo en materia social? ¿Qué será de la Ley LGTBI si rompe amarras con el PRC?¿Qué será de la Ley de Memoria Histórica?¿La Ley de Vivienda?¿La Renta Básica? Si tiene alguna posibilidad de influir, de hacer algo, es dentro del Ejecutivo.

Por el otro lado, si el PRC quisiera –si hubiera querido o cuando quiera y por lo que quiera-, el PSOE estaba ya fuera de Peñaherbosa por pérdida de confianza. El que nombra y cesa consejeros y consejeras en el Gobierno es el presidente, Miguel Ángel Revilla; el PSOE no tiene ninguna capacidad jurídica para tumbarle, como han planteado equívocamente algunos medios nacionales. Por eso, cada vez que el PRC le pasa la pelota al PSOE está soltando rápido la bola para que no le explote en sus manos. Le quedaría un Gobierno monocolor, pero dependiente, ahora sí que sí, de las tres derechas representadas en el Parlamento de Cantabria.

¿Quiere el PRC abandonar el centro? Y si se escora ¿quiere hacerlo hacia esa triple derecha, donde más competencia electoral va a tener a corto plazo? ¿Quiere devolverle al PSOE a todos esos votantes progresistas que cogían la papeleta del PRC porque, total, hacían lo mismo y Revilla, en fin, es más carismático? ¿Quiere hacerlo ahora, antes de renovar su liderazgo, que algún día tendrá que hacerlo por motivos estrictamente científicos? Porque todos los demás han pasado por boxes a cambiar ruedas; menos el PRC.

Esta crisis puede tener costes, para los dos. Están a tiempo de balancear los daños. Si alguno de los dos piensa que es un win-win, se puede equivocar. Cuanto antes lo asuman mejor para ellos – y si no lo asumen peor para ellos también. El marco que han diseñado es que se van o les echan, pero cabe perfectamente una tercera posibilidad, que – uno ya no sabe nada pero parece- es la preferida por PRC y PSOE, que es seguir jugando.

Después de la investidura vendrán los Presupuestos Generales del Estado. Si están de salir, el PRC se puede apuntar esta vez para no tirar por tierra todos sus compromisos firmados (trenes, carreteras, hospitales, financiación para políticas sociales…) Y si están de no salir volveríamos a Elecciones Generales, y ahí vaya-usté-a-saber, que todo esto se juega en el día a día- las calculadoras no llegan al medio plazo. Pero el PRC también tendría que ponderar, porque si expulsa al PSOE del Gobierno a lo mejor los socialistas recuperan el segundo diputado –no necesariamente a costa del PRC. Y a la larga, en autonómicas, los dos dígitos – ni mucho menos equivalente a volver a tocar poder, como bien sabe el PSOE histórico.

En esta salida, el PSOE puede convocar la mesa de seguimiento del Pacto de Gobierno, buscar posiciones comunes para los presupuestos o para la negociación de la nueva financiación autonómica, recomponer el acuerdo en la medida que el PRC quiera. Modular. Las cosas, antes de romperse se incumplen; antes de la traición está la decepción, etc. Y comunicar, más y mejor, porque si no, tarde o temprano la batalla la pierde – como siempre, por otra parte-.

El panorama no es nada edificante. Podemos tener una guerra de relatos por ver quién ha rectificado – quien se hizo popopó- o, peor, si la salida es la 1 (dimisiones) o la 2 (destituciones), entrar en un panorama de confrontación institucional de proporciones épicas. Como cuando teníamos De la Serna en Santander, Revilla en Puertochico y Zapatero en Moncloa. Años en los que esta tierra perdió mucho tiempo.

Defina inestabilidad. Pues algo así: 4 de 5 diputados por Cantabria enfrentados al Gobierno en el Congreso. Un Gobierno de Cantabria en manos del PRC y dependiente de alguna de las tres derechas (PP ya se ha ofrecido, Ciudadanos no dudará en hacerlo y VOX ha animado a romper con el PSOE), el Ayuntamiento de Santander con PP y Ciudadanos, la Delegación del Gobierno en manos socialistas y ayuntamientos multicolor, de toda condición.

Nada de esto es lo mejor para Cantabria, así que PRC y PSOE tienen que hilar fino para escoger la menos mala y ponerse a trabajar. Porque la inestabilidad institucional puede ser épica, tal vez extenderse a los principales ayuntamientos; pero las necesidades industriales, económicas y sociales son de proporciones bíblicas. Hay 3.000 afectados por ERTEs, 7 de cada 10 cántabros tiene dificultades para llegar a fin de mes. Uno de cada cuatro en riesgo de pobreza. Tenemos 1,5 desahucios al día ¿Seguimos? Una clase política centrada en exclusiva en malabares electoralistas lo pone todo más difícil.

 

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1 Comentario

  • Federico
    9 de enero de 2020

    ¿Y a nadie de la Ejecutica del PSC se le ocurrió pensar todo esto antes de lanzar el órdago? ¿En manos de quienes está el PSOE en Cantabria? Zuloaga se ha hecho «popó», y lo sabes.

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