El último anuncio de fusión entre Caixabank y Bankia volvió a agitar el panorama de las fusiones bancarias en el sector financiero español.

Y entre los bancos pendientes de recolocar sigue estando Liberbank, resultante de la fusión de las cajas asturiana –que a su vez había rescatado a la manchega— y la cántabra.

Después de semanas rumores, Unicaja, fusión de varias cajas andaluzas, ha confirmado que ya ha entablado conversaciones con Liberbank, tal y como consta en una comunicación remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, consultada por EL FARADIO.

En la comunicación no se habla específicamente de fusión, sino de conversaciones “preliminares” sobre las “potenciales oportunidades de inversión u operaciones corporativas que pudieran resultar de interés para todos sus accionistas”.

Y añade que de momento no se ha tomado ninguna decisión ni tampoco que se cuente con asesores externos en este proceso.

También la propia Liberbank ha emitido comunicaciones al organismo regulador, en las que confirma que “dentro del análisis estratégico que habitualmente lleva a cabo” se incluye, y ya dice expresamente, “el estudio de posibles operaciones de integración que permitan optimizar el valor de la compañía”, y habla expresamente de “contactos preliminares” con UNICAJA en ese contexto concreto.

La entidad financiera indica también que de estos contactos tiene conocimiento el Consejo de Administración del banco y que no se ha adoptado ninguna decisión al respecto.

Liberbank lleva años con un deterioro de su imagen, desde las preferentes vendidas por Caja Cantabria y la actitud tomada con los manifestantes, así como las sentencias perdidas, pasando por los desahucios y, más recientemente, el fin anticipado de los alquileres en manos del fondo Las Peñicas, sucesor de Beyos y Ponga.

La entidad, también con conflictos con el personal y en un contexto de cierre de oficinas, ha visto como crece el peso en su seno de Oceanwood, el fondo creado por exdirectivos de Goldman Sachs.