«Es una vergüenza la poca gente que accede al bono social, por la poca información que hay»

Generación, comercialización y consumo de energía se unen en la tertulia que hemos preparado dentro de la sección 'La energía del cambio', en la búsqueda de una manera más sostenible de hacer las cosas y que eso nos ayude frente al cambio climático
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Acabamos de ver un clásico episodio de lo que sucede con el modelo energético dominante en España. Llega una borrasca y una ola de frío en pleno invierno, con lo que el precio de la luz se dispara en los peores días, y después regresa a unos índices más ‘normales’.

Pero lo malo llega al medir las consecuencias que se pueden producir si la inmensa mayoría de la población, incluida buena parte de la que sufre una situación de vulnerabilidad, no está protegida ante los vaivenes de la factura, que es siempre un gasto muy importante para una familia.

Sobre esto, la generación de energías renovables y la lucha contra el cambio climático hemos charlado con Ana Echenique, vicepresidenta de la Confederación Española de Consumidores y Usuarios (CECU), Agustín Valcarce, gerente de la empresa Teican, que trabaja precisamente en la generación de energía verde, y Gabriel Moreno, socio cofundador de Solabria, la comercializadora cántabra de este tipo de energía. Ha sido una tertulia dentro de la sección ‘La energía del cambio’, en EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM.

Echenique denuncia que es muy poca la gente «que accede al bono social, por la poca información que hay». Las condiciones están puestas, para ese tipo de ayudas, o también, como dice Valcarce, «la nueva normativa permite consumo compartido de energía», pero son cosas que no se suelen publicitar, por lo que la población desconoce las herramientas que tiene de su lado.

Aún así, Valcarce también cree que los consumidores deben poner de su parte, que «no esperen a que le den todo hecho». «A veces somos muy cómodos, hay parte de culpa de los gobiernos, pero como consumidores deberíamos ser más inquietos», expone.

Moreno considera que «el bono social se tiene que revisar». Estamos en un momento de grave crisis económica, y es previsible que los ahorros no lleguen para todo, máxime si hablamos de personas que han perdido su trabajo o han tenido que cerrar su empresa. «La clase política tiene que estar a la altura», cree, mientras que Valcarce señala la costumbre de hacer una cosa en el Gobierno y después criticar lo mismo cuando se está en la oposición, pasando la factura de las críticas anteriormente recibidas.

«Debería haber un pacto por la energía, respaldado por los grupos parlamentarios», prosigue Valcarce. Se pueden aplicar muchas ideas, y Echenique apuesta por ir al centro de la cuestión, que es establecer un modelo «verde, ecológico y justo». No más que ahora, sino que esas palabras definan directamente el modelo en sí. «Tenemos que ser contundentes», sostiene.

Los tres coinciden en la necesidad de cambiar el modelo energético que tenemos actualmente. «Nuestro sistema paga la energía al precio de la última que ha entrado más cara», dice Valcarce, algo que favorece a las grandes eléctricas, pero perjudica a muchísimos consumidores. Y recordaba el ejemplo de las empresas que se quejan del alto precio que pagan por la energía, algo que no debería continuar en el tiempo por el «alto potencial renovable» que tenemos en España.

La educación es una de las cosas que más puede ayudar a cambiar por algo medioambientalmente sostenible. Se trata de aprender «medidas de ahorro energético», defiende Moreno, así como darle al consumidor la información necesaria para elegir. «El concepto de consumidor responsable debe basarse en la información», refrenda Echenique.

El cambio de paradigma, según ella, debe venir por reforzar el concepto de que disponer de energía eléctrica en los hogares es un derecho. «Ante un derecho, hay un negocio, a ver cómo lo hacemos para defender un derecho y que el negocio se adapte a la realidad», explica.

Además, hace una comparación para entender un poco mejor qué palancas tenemos a disposición para tratar de forzar una cambio. Cuando WhatsApp habla de nuevas condiciones de uso y de apropiarse de los contenidos de sus usuarios, muchos en el mundo abrieron una cuenta de Telegram, y entonces WhatsApp rectificó. Echenique opina que en el terreno del consumo energético, ser podría hacer algo parecido, algo que hiciese reaccionar a las empresas grandes del sector para que hicieran las cosas de otro modo.

Según Valcarce, basándose en la forma de hacer las cosas de Teican, cree que estamos «en el momento de la energía solar fotovoltaica, por precio y resultado». Y ya, dentro de unos años, veremos cómo el hidrógeno va ganando espacio, pero aún es pronto para verlo en las casas particulares.

Pero para que estas cosas se vayan haciendo realidad, es necesario «llegar al concepto de democratización de la energía y su consumo», dice Echenique. Pero también subraya que tenemos una «resistencia al cambio muy grande». cuenta que muchas personas le preguntan cómo cambiar de modelo, pero después la gran mayoría nunca llaman para informarse de cómo hacerlo y las ventajas que tiene.

Aparte de la resistencia de los consumidores, también está el problema del modelo económico, según el cual hay que crecer por encima de todo. Y esto vale para los Estados y sus regiones, pero también para las empresas. «Es un modelo de crecimiento infinito, nos lleva a un abismo que no podemos afrontar», afirma Moreno.

Echenique aplica aquí otra analogía: «la economía es como las personas, las empresas no pueden crecer elefantiásicamente hasta tener un tamaño que le lleve a tener más poder que los Estados. Apostar por desarrollo, más que por crecimiento».

Moreno argumenta que, cuando hablamos de temas medioambientales y de la lucha contra el cambio climático, debemos pensar que «nosotros formamos parte también del medio ambiente». Por eso ensalza el modelo de Solabria, porque dice que «pone a la persona en el centro». Cree que las políticas públicas y también las empresariales deben aplicar un modelo de economía social, donde prime más la colaboración que el simple crecimiento sin más.

Echenique también añade la resistencia de las grandes empresas energéticas. Seguirán dando batalla, y para eso cuentan con algo que a veces se percibe en el ambiente, pero que rara vez podemos ver con nuestros propios ojos, y son los ‘lobbies’. «Hay un mundo desconocido para nosotros haciendo presión». Señala que en Estados Unidos esto es algo más clarificado, pero «en Europa es más tramposito», por lo que es conveniente apostar también por la transparencia.

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