«El colectivo LGTBI sufre mucho por la invisibilización y por los procesos de autoaceptación»
Las actividades formativas de la Escuela Oficial de Tiempo Libre (EOTL) van encaminadas a preparar a personas que se dedican a la educación no formal. Es un centro ligado con la Dirección General de Juventud del Gobierno de Cantabria que cada año trata de enseñar algo tan cotidiano como la diversidad. Por eso tienen el empeño de crear espacios seguros donde cualquier persona pueda sentirse cómoda.
La atención hacia el colectivo LGTBI les ha valido el reconocimiento de Alega, la asociación cántabra más representativa del movimiento, que les ha concedido el Premio Aleguita 2021 por esa capacidad de formar a los monitores que después pueden encontrarse en actividades grupales donde haya personas de ese colectivo.
Sandra Pérez trabaja en la EOTL y dice que se sienten «orgullosos» de recibir este premio, que el pasado sábado recogió en su nombre Pablo Zuloaga, el vicepresidente de Cantabria. También expresa que es un reconocimiento que les ayuda a tener «muchísimas ganas de seguir».
Desde la Escuela llevan ya tiempo apoyando «la educación en la diversidad», sobre todo porque se encuentran que quienes asisten a sus talleres formativos les dicen que «desconocen la temática LGTBI». Eso hace que no se sientan «preparados» cuando deben ejercer como profesores o monitores de tiempo libre. Creen que, si ni siquiera conocen todas las siglas, no podrán ser útiles para sensibilizar a otras personas. Si están al margen de lo que significa formar parte de ese colectivo, cómo pueden educar en cuestiones afectivosexuales, por ejemplo.
Este mismo viernes, la EOTL celebrara un taller titulado «Quiero ser (+) visible», porque identifican las dificultades que tienen muchas personas en su vida diaria. «El colectivo sufre mucho por la invisibilización, por los procesos de autoaceptación» que tienen que atravesar en un momento dado de su vida. Justamente por sentirse diferentes, pero no en el mejor sentido de la palabra.
Pérez cree que debemos ser conscientes de que «no es fácil ser como uno quiere ser». Para algunos resulta más complicado, por los obstáculos que debe enfrentar para llegar a ese objetivo. Por eso nos dice, en una entrevista concedida a EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM, que esas personas «necesitan contextos seguros», tanto si forman parte del colectivo LGTBI como si no.
La forma de facilitarles las cosas es que estén en un entorno donde «cada uno pueda expresarse y ser como desee ser», con el añadido de la tolerancia hacia los demás, porque «las opciones que cada uno escoja son totalmente válidas». Por eso mismo, en la EOTL sienten que tienen «la obligación de educar con esos entornos seguros.
Pérez también habla de otra de las señas de identidad de la Escuela, que es ver la «educación como transformación social». La oportunidad de que podamos tener una sociedad más tolerante e inclusiva, donde nadie deba arrepentirse de su manera de vivir y de expresarse, de desarrollar su propia personalidad. Es más, es algo que les demandan: «a la hora de formar educadores nos piden espacios de sensibilización y educación». Es otra manera de aprender para después tener un verano de trabajo donde fomentar que las actividades sean mucho más positivas para quienes las llevan a cabo.
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