El fotógrafo cántabro Pablo Zamora es el autor de la fotografía de portada de la edición de este domingo de El País Semanal. La imagen ha causado controversia y tras su publicación se ha generado un debate en medios de comunicación, redes sociales y en la propia sociedad, sobre la conveniencia o no de mostrar imágenes como esta en publicaciones o medios.

Sobre esta portada y el debate y los mensajes generados, Zamora ha asegurado que “todavía hay muchísima homofobia y este mensaje está ahora más legitimado por la ultraderecha y por una derecha más tibia que no acaba de condenar este tipo de actitudes”. Afirma que “incluso los niños están más polarizados porque reciben mensajes muy concretos y muy directos. También hay una juventud maravillosa que no comparte estos mensajes”. Asegura haber sentido el apoyo en sus redes sociales, al tiempo que afirma que “he leído también algunos comentarios en Twitter que me parecen horribles. Estamos hartos de ver besos entre heterosexuales y no generan ninguna polémica. El mensaje del mal gusto no me vale”.

En lo que respecta al proceso de elección y propuesta de la portada, ha recordado que: “me llamaron desde El País, medio con el que trabajo bastante, para tratar el tema contra la homofobia. La idea era sacar una formación de personajes, anónimos y conocidos, que plantaran cara a este mensaje que está proliferando en la sociedad y que está tan de actualidad tras el asesinato de Samuel”. Ha asegurado que, una vez realizada la sesión de fotos, “se vio que la imagen del beso era la más potente y se decidió sacarla en portada. Ha causado mucho revuelo y creo que es necesario porque hay mucha gente que dice que este tema está superado, pero no estoy para nada de acuerdo”.

Cree Zamora que detrás de estos discursos y estos comportamientos individuales hay un tema social y educativo que lo impregna todo: “El núcleo es el rechazo al diferente, que viene desde hace mucho. La homofobia está enraizada en España, nunca se ha acabado. Con la aprobación del matrimonio homosexual se tomó oxígeno, pero ahora parece que está reactivándose”.

Samuel Luiz

El asesinato de Samuel Luiz y el debate y las acciones posteriores fueron uno de los elementos que propiciaron esta portada. Sobre actos como el asesinato del joven, Pablo Zamora cree que hay un problema de “masculinidad tóxica” que achaca a que “algunos hombres han sido educados en la represión de sentimientos, en la violencia y en la homofobia. El inicio de la agresión es por otros motivos, pero lo primero que les sale es llamarle maricón y decirle que le van a matar. Begoña Gómez Urzaiz escribió un artículo en La Vanguardia titulado “Lo que te llaman mientras te matan”, y creo que es una frase que resume muy bien la situación de la violencia estructural, que está metida de lleno, y contra la que hay que luchar de lleno en los colegios y en los medios”.

Sobre las redes sociales y los discursos de odio, opina que “los ataques y los delitos de odio deberían regularse y controlarse. Es tremendo que estas acciones queden impunes. Deberían controlarlo, sin censurar, pero controlarlo. Las redes sociales esparcen discursos ocultos a veces bajo la bondad de contenido aparentemente inocente, pero no es así”.