Sam tiene 18 años, vive en Cantabria y el pasado sábado 5 de noviembre, acompañado por otra compañera de Futuro Vegetal, entró al Museo del Prado con un objetivo: llamar la atención de la sociedad sobre el calentamiento global, justo antes de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el cambio climático. Para ello, pegaron sus manos a los marcos de los cuadros de las majas de Goya y realizaron una pintada en la pared de la sala con el mensaje +1.5ª, haciendo referencia al anuncio de las Naciones Unidas alertando de que  ya es imposible contener el calentamiento del planeta en 1,5º, sobrepasando los límites marcados en el Acuerdo de París.

Este martes, Sam atendía la llamada de El Faradio de la Mañana  donde explicaba que, siendo plenamente consciente de las consecuencias de participar en un acto así, no lo dudó, porque «vimos que era una buena manera de actuar, ya que no se hace daño al patrimonio cultural y si tiene mucha difusión, que es lo que pretendemos. En Europa se habían hecho acciones similares en otros museos y la repercusión mediática había sido grande», explicaba para añadir que, dado que las obras no estaban protegidas por un cristal, optaron por pegarse a los marcos que, según ha reconocido el propio museo, no estaban catalogados como BIC.

Tiene 18 años, pero hace dos ya entró a formar parte de Extinction Rebellion, para sumar en la lucha dirigida a influir sobre los gobiernos del mundo y las políticas medioambientales globales mediante la resistencia no violenta.  De ahí pasó a unirse a Futuro Vegetal. «Vi que llevaba años de desobediencia civil algo más radical, pero también dentro de la no violencia para conseguir el cambio que queremos».

Insiste en que si algo les preocupa es la defensa medioambiental: «en ningún momento pretendíamos dañar el patrimonio. Lo que reivindicamos es algo que nos interesa a todos. Tenemos que actuar contra el calentamiento global. En un planeta muerto, todo, incluido el arte, va a quedar destruido y lo que nos preocupa es que todo eso perviva».

DOS DÍAS DETENIDO

Si bien siempre estuvo convencido de lo que hacía, reconoce que «mientras te echas el loctite, te tiemblan las manos».

Tras la acción, Sam y su compañera pasaron dos días privados de libertad hasta que pasaron a disposición judicial. Se les ha imputado un delito de desorden público y otro de daños contra el patrimonio. Ahora se enfrentan a una multa y a una pena de entre 6 y 24 meses de cárcel.

Si bien relata las duras condiciones que vivieron durante estas horas de privación de libertad, reconoce que, al no tener conexión con el exterior, no vivió de forma tan inmediata todas las críticas e insultos lanzadas en redes contra su protesta. «Tampoco me importa demasiado si la gente dedica su tiempo a insultar en lugar de pensar en el fondo de la protesta».

Futuro Vegetal es un grupo afín a Extinction Rebellion, Sam  pertenece a ambos. Reconoce que en Cantabria Extinction Rebellion tiene poca gente y por eso anima a la población en general a sumarse al movimiento para ir creciendo  y comenzar a moverse más, pidiendo, por ejemplo, una Asamblea Ciudadana por el Clima en Cantabria y llevar la desobediencia civil a lo local.

PROYECCIÓN EN LA FILMOTECA

Este jueves, a las 20:00, la Asociación Cultural La Llave Azul, proyecta dentro de su  VI Ciclo de Cine Documental «Miradas Globales», el documental Rebellion, Reino Unido, 2021, dirigida por  Maia Kenworthy y Elena Sánchez Bellot. El acto contará con la participación de  María Duque y Bruno Torcal, en representación de «Extinction Rebellion» Cantabria.