El Puerto que se iba a ir a la ruina reordena sus muelles y Brittany Ferries, que se iba a ir de Cantabria, suma instalaciones para su nuevo barco

Durante años, el Puerto y las voces que replicaban su discurso pronosticaron todo tipo de debacles y marchas de empresa por los intentos de acceso frustrados de jóvenes albaneses
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Era, nos sale ya del tirón, “la casa de tócame Roque”, allí entraba “todo el mundo como Pedro por su casa”, como no podía ser de forma en un “coladero” que además era “campo de trabajo de las mafias” del que se iban a ir marchando todas las empresas, en especial la más icónica, Britanny Ferries.

Todas esas frases no las decía alguien que odiara al Puerto, sino voces de entre las élites políticas y empresariales de Cantabria, replicando el discurso de la Autoridad Portuaria, convertidos así en los peores propagandistas de la institución a la que uno diría que trataban de defender.

El origen de todas esas debacles eran los intetos de accesos, frustrados en su mayor parte, de los jóvenes albaneses (el Puerto y sus satélites les llamaban polizones pese a que para ser polizón hay que conseguir embarcar) que no tenían ni agua caliente en el edificio en que esperaban. La única solución que planteaba el Puerto era las cuchillas, las concertinas, fórmula que no usaba ningún puerto y a la que no se recurre ni en la frontera de España con Marruecos. Todo pese al descenso de intentos de accesos, al trabajo de la Guardia Civil –que el Puerto minimizaba-, y hasta que hace meses el Puerto acabó descubriendo, ironía, sí, una novedosa tecnología: los drones para videovigilancia.

El caso es que toda esa ruina y marcha de empresas nunca coincidió con lo que estaba pasando: récords históricos de mercancías,  nuevas inversiones, la llegada de nuevas líneas, infraestructuras como la del gigante Boluda –resulta difícil pensar que fuera a asentarse en un puerto sin seguridad-, y hace nada Britanny Ferries, de la que se pronóstico que abandonaría Santander pese a sus lazos históricos, sumaba un nuevo barco, el Santoña.

Ayer mismo, las mismas élites políticas y económicas que pronosticaron durante meses, años, el desastre, asistían a la inauguración de la reordenación de los Muelles de Maliaño 1-4, en la que se han invertido un total de 28 millones de euros, de los que 19 corresponden a las actuaciones sobre los muelles y el resto a la rampa y a la terminal de tráfico rodado y pasajeros, una actuación que ha permitido el traslado de las líneas regulares de ferries a la zona remodelada para liberar así el Muelle de Bloques y la Estación Marítima para el atraque de cruceros.

Asimismo, se está  construyendo una instalación de suministro de GNL (Gas Natural Licuado)para dar servicio, prioritariamente, al nuevo buque con el que la compañía Brittany Ferries va a operar en Santander, el Santoña.

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