La Coordinadora Cántabra de ONGDS reivindica la importancia de la cooperación descentralizada, la que se desarrolla desde pueblos y ciudades

En el Día de las Personas Cooperantes, la entidad pone en valor las aportaciones concretas de trabajos apoyados desde Cantabria en India o Guinea Bissau
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En el Día de las Personas Cooperantes, que se celebra este viernes, 8 de septiembre, la Coordinadora Cántabra de ONGDs, que agrupa a decenas de entidades que trabajan en ayuda y sensibilización a países en vías de desarrolla, reivindica como “más necesaria que nunca” la cooperación descentralizada, aquella que se hace desde pueblos y ciudades, desde el plano más cercano.

En un comunicado, recuerdan que “ninguna de las comunidades autónomas cumple el compromiso de destinar el 0,7% a esta política pública” y, en concreto, Cantabria actualmente se sitúa en el 0,1 %.

Los proyectos de cooperación descentralizada apoyada desde Cantabria mantienen proyectos en Guinea Bissau o India, a través de organizaciones en las que trabajan en total 522 personas como cooperantes, de los que el 57% son mujeres y el 43%, hombres.

La Coordinadora advierte de que en un contexto mundial “tan complejo como el que vivimos es fundamental fortalecer esta política pública que, en algunos territorios, está siendo debilitada de forma muy preocupante”.

Y recuerdan que, poco antes de las elecciones generales, gran mayoría de los partidos políticos se comprometieron con la cooperación, además de que los gobiernos locales y autonómicos constituidos recientemente deben cumplir con lo establecido en la nueva nueva Ley de Cooperación (que contó con el apoyo de casi la totalidad de los partidos políticos) y avanzar hacia el cumplimiento del 0,7%, el fortalecimiento de sus estructuras y la garantía de un enfoque feminista y sostenible.

Las organizaciones con las que trabajan destacan la importancia del acompañamiento de la cooperación en entornos golpeados por el hambre, los conflictos, el debilitamiento de los derechos humanos, la expulsión de las personas de sus hogares o el asesinato de quienes defienden la tierra. “El apoyo que reciben desde ciudades, pueblos y comunidades autónomas supone importantes logros en la mejora de la calidad de vida y la dignidad de miles de personas”, reivindican.

Asimismo, ponen en valor que su contribución es “muy relevante” en contextos “complejos” en los que los derechos humanos están “en juego o claramente limitados”. En muchos lugares del mundo, la persecución a las organizaciones sociales locales y a las ONG internacionales complica su trabajo.

Añaden que la reforma del sistema de cooperación debe continuar su camino y asegurar que el Estatuto de los y las cooperantes garantiza “plenamente” los derechos laborales y la protección de quienes trabajan en cooperación y ayuda humanitaria.

DOS EJEMPLOS DE COOPERACIÓN DESCENTRALIZADA DESDE CANTABRIA

Entre los proyectos apoyados desde Cantabria citan la labor de AIDA (Ayuda, Intercambio y Desarrollo) en Guinea Bissau, país que ocupa los últimos puestos en el Índice de Desarrollo Humano. Allí la pobreza es estructural, afectando a dos tercios de la población (el 69% vive con menos de dos dólares al día y el 33% con menos de un dólar). Las infraestructuras sanitarias son precarias, insalubres y funcionan con muchas deficiencias; el país tiene una alta dependencia de la comunidad internacional en cuestiones como la salud o la educación. Y en los últimos años, ha sufrido una gran inestabilidad política marcada por varios golpes de Estado. La sociedad civil ha denunciado el ataque a derechos conquistados como la libertad de prensa o de asociación, lo que complica aún más el trabajo en la defensa de los derechos de la población.

El Gobierno de Cantabria apoya proyectos de AIDA centrados en mejorar el acceso a la atención primaria de la población más desfavorecida y la Xunta de Galicia impulsa intervenciones en apoyo a la educación básica de calidad y equitativa, así como lograr la reducción de las disparidades de género en la educación.

AIDA trabaja con nueve centros de salud en los que facilitar medicamentos, materiales para el tratamiento de urgencia, atención sanitaria a pacientes sin recursos, educación prenatal y pediátrica o asistencia médica a menores con diversidad funcional. A nivel de educación se centran en asegurar que todas las niñas y todos los niños terminen la enseñanza primaria y secundaria.

Y otro ejemplo está en India, con la Fundación Vicente Ferrer. Unos 46 millones de mujeres en la India son viudas y 13 millones son madres solteras, según datos oficiales, aunque la cifra real puede ser muy superior. Las mujeres al frente de familias monoparentales afrontan una situación de extrema vulnerabilidad debido a los arraigados tabúes que persisten sobre todo en zonas rurales. Cuando una mujer pierde a su marido, queda relegada al ámbito doméstico sin que pueda tener opciones a un trabajo que le garantice independencia, un mejor futuro para su hijos e hijas y la ruptura con el círculo de pobreza y discriminación.

En este contexto la Fundación Vicente Ferrer trabaja con comunidades del Sur de la India, y el Ayuntamiento de Santander financia un proyecto destinado a reducir la vulnerabilidad social, económica y ambiental habilitando el derecho a la vivienda y al saneamiento, por medio de la construcción de viviendas con baños y letrinas adecuados a las necesidades de la población local, con consecuencias muy importantes sobre la salud de la población especialmente para los niños y las niñas y afectando a la seguridad de las mujeres. La propiedad de la vivienda queda en manos de las mujeres cabeza de familia.

El proyecto además promueve el desarrollo, el empoderamiento y la autoorganización de las familias de la comunidad. Las familias realizan una parte importante del proceso de compras de materiales y de monitorización de la construcción de las viviendas, participando en todas las fases de la actuación aumentando su sentimiento de apropiación de proyecto.

LA COORDINADORA CÁNTABRA DE ONGDS

La Coordinadora Cántabra de Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo y Colectivos de Solidaridad con el Tercer Mundo es una asociación sin fines lucrativos, que tiene como finalidad la Cooperación con los pueblos empobrecidos en orden a su desarrollo, mediante la acción conjunta y coordinada de las Organizaciones No Gubernamentales de Cantabria que tengan ese fin específico.

Son miembros de ella ADANE, Adelante con África (ACONA) , ADAYA, Asamblea de Cooperación Por la Paz (ACPP), Ayuda a Despegar Cantabria (ADEC), Ayuda, Intercambio y Desarrollo (AIDA), Brigadas Internacionales de Paz, Buscando Vivir, Pueblos Indígenas Del Mundo; Brezo, Cantabria por el Sáhara, Educación desde Cantabria, Entreculturas, Fundación Diagrama, Fundación Internacional de Solidaridad Compañía de María (FISC), Fundación Paz y Solidaridad Cantabria, Fundación Tau, Gira por el Desarrollo, Humanidad Cantabria, Ingeniería Sin Fronteras, Intered Cantabria, Jóvenes y Desarrollo, Manos Unidas, medicusmundi, Movimiento por la Paz (MPDL), Mundubat, Oxfam-Intermón, Promoción y Desarrollo (PROYDE), PROCLADE, Proyecto Escuela Panschseel, Un Paso Más, Ruta 6, y SOTERMUN, y cuentan como socios colaboradores con Amica, Asociación Evangélica Nueva Vida o FIAPAM.

Dentro del ámbito estatal 522 personas trabajan como cooperantes en sus organizaciones en más de 100 países.

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