Varias asociaciones de la Guardia Civil han anunciando que abandonan el grupo de trabajo que el cuerpo había creado para elaborar e implantar un Plan de Acción de Ética Profesional y Sistema de Integridad.

En concreto, son JUCIL, ASESGC y APC-GC, que sumadas a la Unión de Oficiales, que ya lo anunció hace meses, suponen cuatro de las siete asociaciones que forman parte del Consejo de la Guardia Civil, órgano creado para canalizar la participación interna en un cuerpo que no puede tener sindicatos pero sí organizaciones de otro tipo.

El motivo es, según explican en un comunicado, que no ven que ni el proceso ni el resultado se caracterice por una participación “activa, real y efectiva” en la que se les ofrece ser “únicamente testios de los datos estadísticos” que se les quiera ofrecer.

Y esta necesidad de participación la relación también con lo sucedido en Cantabria, cuando un incidente con varios agentes en el New Borgia, prostíbulo en la recta de Heras, que hizo aflorar otro incidente anterior en el que un agente invocó su condición de miembro del cuerpo para no pagar el ‘servicio’ (sic) por el que había pagado previamente, esto es, sexo con una de las mujeres del club.

El hecho en sí mismo –del que no constan referencias públicas en mandos del cuerpo o políticos- sumó otro motivo de preocupación al que ahora se refieren estas asociaciones: la falta de acción de los altos mandos de la Guardia Civil en Cantabria para esclarecer los hechos, no iniciada, apuntan, hasta que estos fueron de dominio público.

Son unos hechos que la Unión de Oficiales ha llevado a los tribunales, tanto por la propia acción del agente, como la falta de investigación interna, recibiendo el archivo de una de las causas (inicialmente notificado por un juzgado distinto al que se había presentado esa causa).

La Unión de Oficiales recurre el archivo judicial de la denuncia por el incidente protagonizado por un agente de la Guardia Civil en el New Borgia

“Hasta ahora, tampoco se han depurado responsabilidades contra quienes conociendo los hechos no actuaron pese a tener obligación de hacerlo, con grave daño a la imagen de la Guardia Civil”, añaden, lo que, recalcan, “evidencia” que sin una participación real de las asociaciones “se podrán seguir ocultando hechos que deban ser investigados”.

Estas organizaciones recalcan que no quieren “blanquear” un Plan de Ética que “no garantiza que los hechos denunciados anónimamente no acaben en la picadora o que se investiguen a la carta, según qué hechos y según quiénes sean sus responsables” (en este proceso, según ha publicado prensa nacional este verano, se derivó la investigación interna a un miembro que estaba pendiente de una decisión laboral que debía adoptar el mando)

De modo que “en tanto no se promueva un Sistema de Integridad garantista, con la participación real de las asociaciones representativas, y se explique públicamente por qué se tolera y se omite actuar frente a un hecho tan grave, como el conocido por la Comandancia de Santander, estás asociaciones no participarán en el grupo de trabajo, al entender que los hechos revelan la ausencia de verdadero compromiso de la Dirección General en el establecimiento de un sistema que vele por la integridad y ética profesional que alcance a todos los niveles”.

Precisamente ayer la Guardia Civil en Cantabria organizaba un acto en el que conmemoraban el 35 aniversario de la entrada de la primera mujer en el cuerpo: en 1988 cuando, por primera vez, pudieron opositar para ingresar en el cuerpo y ha recordado que se presentaron más de 2.800 mujeres y 197 consiguieron una plaza para ser las primeras agentes de la Guardia Civil.

Hoy en Cantabria hay 112 mujeres guardias civiles, lo que supone un 9,8%, por encima de la media nacional, de las que se destaca su función de “referentes” para niñas y chicas.

El acto se celebró en la Plaza Velarde (Porticada) e incluyó un pase de revista a mujeres del cuerpo por parte del coronel jefe de la Guardia Civil, Antonio Orantos; y la delegada del Gobierno en Cantabria, Ainoa Quiñones, que ensalzaron el trabajo de estas agentes.