Era una semana clave para el futuro de Gamesa, la fábrica de material para aerogeneradores eólicos en Reinosa, ya que el miércoles 15 está prevista la presentación de resultados de Siemens Energy, que son sus propietarios.

Y esa fecha es importante porque era a la que les habían remitido a los trabajadores, que llevan semanas criticando el manto de silencio desplegado en los últimos meses, en un momento en que necesitaban más información que nunca con la que tapar su incertidumbre.

En verano fue cuando afloraron los problemas en un dispositivo de Gamesa, lo que disuadió a muchos potenciales compradores interesados en hacerse con la compañía, en proceso de venta.

Con la vista puesta por fin en ese miércoles en que se rompería el silencio, quienes están pendientes del futuro de una fábrica que sigue siendo clave para Reinosa y Campoo han visto como la  empresa se convertía en noticia antes de tiempo.

Así, este lunes trascendía que Siemens Energy, el grupo alemán dueños de Gamesa, renunciaba a su plan industrial en Estados Unidos,  valorado en 187 millones de euros, que implicaba la construcción de una fábrica de palas para turbinas off shore (la eólica marina) frente a la costa de Virginia, según recoge la prensa especializada salmón, como El Economista o Cinco Días.

Los malos resultados que ya arrastra Siemens (las últimas cifras hablan de pérdidas históricas de más de 4.500 millones de euros ) se sumaron a las dificultades burocráticas en Estados Unidos o el incremento de costes y en un contexto general de dificultades para la eólica marina en Estados Unidos.

El asunto está provocando alarma más allá de la que vemos aquí en Cantabria, donde se han convocado concentraciones de apoyo y recabado respaldo institucional en defensa de una planta que no ha provocado problemas ni pérdidas y en la que trabajan 222 personas.

La semana pasada, Málaga acogía reuniones dentro de la presidencia semestral española de la Unión Europea, y en ese contexto se veían el presidente del Gobierno central en funciones, Pedro Sánchez, y el canciller alemán Olaf Scholz, sin que trascendiera de forma oficial referencia a la situación de Siemens Energy.

Ambos gobiernos, en cualquier caso, se han mostrado dispuestos a ofrecer ayudas económicas a la empresa, que se sumarían al papel que están jugando los bancos (además del reciente anuncio de ayudas de la Unión Europea al sector eólico que los trabajadores quieren vincular al mantenimiento de los puestos de trabajo, en caso de que llegaran a Siemens, dueños de Gamesa).

Una ayuda que puede ir más allá del dinero directo y que, en el caso de Alemania, se traduce también en avales por valor de 15.000 millones de euros. Algo que podría hacerse público este miércoles, junto a la presentación de resultados del miércoles.