
“Hace falta coherencia y acción”: cuando el Ayuntamiento de Santander animaba a no mirar hacia otro lado con la violencia de género
El mantenimiento en su puesto de libre designación como coordinador ligado a la Concejalía de Barrios del policía local Francisco Javier Gallego Gamucio, condenado por dos delitos de violencia de género no sólo está generando el malestar de las organizaciones feministas, oposición política o ciudadanos a título particular, sino que choca con los propios mensajes que viene emitiendo el Ayuntamiento de Santander, tanto en declaraciones públicas como en campañas institucionales.
De hecho, la alcaldesa de Santander, Gema Igual, ha reiterado en múltiples ocasiones su compromiso con la lucha contra la violencia de género, apelando a la ciudadanía a “no permanecer impasibles” ante esta “lacra social”, a “estar alerta” y denunciar “cualquier situación rara”, subrayando que “no basta con condenar”, sino que “hace falta coherencia y acción”., abogando por llegar a pactos institucionales no sólo para proteger, sino para “informar, concienciar, divulgar, educar y sensibilizar”.
De momento, el equipo de Gobierno del PP mantiene en su puesto al policía local condenado por dos delitos de violencia de género, como ratificaba este jueves en el Pleno municipal la propia alcaldesa a preguntas de IU y tras la concentración en la que los movimientos feministas pedían su cese.
La alcaldesa Gema Igual aseguró que es ilegal despedir a un funcionario –lo es como Policía-, cuando lo que están pidiendo es el cese por su cargo de coordinador de eventos para la Concejalía de Barrios, al que llegó por libre designación, sin proceso selectivo y por el que recibe complementos de 20.000 euros anuales.
En distintos espacios, estos días ha minimizado el alcance de la sentencia o rebajado la importancia del condenado de asesor a un funcionario con funciones especiales de libre designación ligado a la Concejalía de Barrios, en contacto directo con asociaciones de vecinos, para el que fue necesario cambiar la relación de puestos de trabajo, y que incluye complementos económicos por importe de 20.000 euros.
O se ha apelado al carácter recurrible de la sentencia, mientras el propio condenado la está distribuyendo a contactos o asociaciones vecinales, destacando las partes que le benefician, usando como argumento de autoridad la sentencia que también incluye partes negativas y que finaliza condenándole por dos delitos, en una actitud que está por ver si acabará asumiendo el Ayuntamiento en sus comunicaciones públicas sobre este tema.
Campañas institucionales contra la violencia de género
La actitud de mantenerle o búsqueda de argumentos para minimizar la sentencia no coincide con los mensajes de las campañas institucionales o colaboraciones con entidades que se hacen desde el Ayuntamiento de Santander (en contextos como el el Día contra la Violencia de Género, el 8M o la cercanía de las fiestas) y que inciden en aspectos como la detección de los distintos niveles o escalas de control que llevan a la violencia de género.
Así, en noviembre de 2022 la campaña “Termómetro de la violencia” se tradujo en una guía visual con distintos niveles de control y señales de alerta en las relaciones afectivas.
Difundida en centros educativos y espacios públicos, la campaña buscaba “fomentar la detección temprana” de la violencia de género, además de reflexionar y ayudar a detectar aquellas actitudes o comportamientos que no deben tolerarse en ninguna relación de pareja.
Así, en forma de preguntas directas se van estableciendo tres niveles de gravedad en los que estar alerta, pedir ayuda y encontrarse en situación de riesgo.
En marzo de 2023 la campaña se titulaba ‘Igualdad sin peros’, que hacía alusión a expresiones tipo “yo no soy machista, pero” y se ha repetido en más ediciones, defendiendo que «la igualdad no admite condiciones, excepciones ni justificaciones. No es un favor, un privilegio ni una concesión», sino que «es un derecho innegociable».
Otras campañas, impulsadas desde la Concejalía de Igualdad a cuyo frente está Zulema Gancedo, han advertido de que “ ‘Pararlo es cosa de todxs’. La última, de este 8 de Marzo, insistía en mensajes como que «es amor, no es control».
LAS ACTITUDES QUE «NO DEBEN TOLERARSE EN NINGUNA RELACIÓN DE PAREJA»
Y en otras se apuntaba expresamente “’Presta atención a las Red Flag’, para sensibilizar sobre señales de alerta en relaciones, con el objetivo de provocar una reflexión profunda en la sociedad, en una iniciativa que perseguía «hacer reflexionar y ayudar a detectar aquellas actitudes o comportamientos que no deben tolerarse en ninguna relación de pareja».
«Saber detectar estas señales, estas ‘Red Flag’, es fundamental para poder detener a tiempo los posibles casos de violencia de género”, sostenía la concejala de Igualdad en la presentación de esa campaña. La campaña también buscaba derribar las barreras que impiden hablar sobre la violencia de género y crear un espacio donde las voces silenciadas encuentren eco.
Incluso en fechas como el 14 de febrero se hablaba de la importancia del amor y el respeto en las relaciones.
Estas campañas se han completado con iniciativas como los Puntos Violeta, en colaboración con Cruz Roja, en cuya presentación se remarcaba que “la violencia de género es un problema de toda la sociedad, que afecta a todos los ciudadanos y contra el que es necesario actuar».
Los Puntos Violeta sirven al objetivo, según palabras de los propios concejales del PP, de «promover un espacio seguro y libre de agresiones sexistas en espacios masificados de ocio como durante la celebración de las fiestas, o los festivales de música».
O los minutos de silencio que se vienen convocando el último jueves de cada mes en solidaridad con las víctimas de violencia de género.
En esas concentraciones son habituales las llamadas a “no bajar la guardia y redoblar esfuerzos” para erradicar la violencia machista, un drama del que “no podemos desentendernos”. “Hace falta coherencia y acción”, llegó a decir en otra de esas concentraciones.
Y se suman a declaraciones públicas de distintos representantes del Ayuntamiento de Santander, como la propia alcaldesa, que en reiteradas ocasiones llamó a la ciudadanía a “que muestren su indignación y no permanezcan impasibles ante esta lacra social.”
Así, el 25 de noviembre de 2020, Día Internacional contra la Violencia de Género, subrayó que “la prevención, la información y la sensibilización contra la violencia de género debe ser aún mayor porque, a pesar de las circunstancias, los asesinatos machistas dejan un reguero de sangre constante en nuestro país.”
«ESTEMOS PENDIENTES DE CUALQUIER SITUACIÓN RARA»
“Estemos alerta y pendientes de cualquier situación rara que podamos notar y no dudemos en denunciar. Pongo a disposición de las víctimas todos los medios del Ayuntamiento de Santander.”, afirmó en la concentración en repulsa por el asesinato de la cántabra Eva Jaular.
Y en noviembre de 2023 declaró en el Parlamento de Cantabria la impresión que le produjo conocer a la madre de una mujer asesinada. “Hablé con ella y supe que era urgente llegar a un pacto. Un pacto no solo para proteger, sino para informar, concienciar, divulgar, educar y sensibilizar.”
La concejala de Igualdad, por su parte, ha defendido en varias ocasiones que «el Ayuntamiento de Santander viene mostrando su firme compromiso en la lucha contra la violencia de género a través de políticas transversales en la acción de todas sus concejalías y manifestando su rechazo».
La violencia machista como proceso: no empieza con un asesinato
Organizaciones feministas que trabajan directamente con víctimas, así como los protocolos oficiales del Ministerio de Igualdad y el Convenio de Estambul, insisten en que la violencia de género no es un acto puntual, sino un proceso estructural que se alimenta de la tolerancia social, la negación y el silencio.
Ese proceso sigue un patrón conocido por todas las que trabajan con mujeres víctimas de violencia de género.
- Primero viene el insulto, la burla, la descalificación.
- Después, el control: los celos, las limitaciones en la forma de vestir, las restricciones al círculo social.
- Más tarde, el aislamiento: la víctima es alejada de su familia, de sus amigas, y se refuerza su dependencia emocional.
- Luego, el control económico.
- Y finalmente, la violencia física, que empieza a repetirse, con conatos de arrepentimiento y promesas de “cambiar”, y que puede terminar en el asesinato.
Por eso desde el mundo de la educación y asociativo se incide en la importancia de detectar las primeras señales de la violencia machista, mensaje que también venían incluyendo las campañas institucionales del Ayuntamiento de Santander.
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