Santander incumple los límites legales y sanitarios de calidad del aire: micropartículas y dióxido de nitrógeno por encima de lo permitido
La ciudad de Santander no cumple los límites legales de calidad del aire establecidos por la legislación estatal para varios contaminantes clave, según el diagnóstico realizado como paso previo a la implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE).
El informe, consultado por EL FARADIO, confirma superaciones en los niveles de dióxido de nitrógeno (NO₂), así como de partículas en suspensión PM2.5 y PM10, con datos que incumplen la normativa estatal y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con especial incidencia en partículas en suspensión y dióxido de nitrógeno.
La medición se ha llevado a cabo con la instalación de diez sensores de calidad del aire, en funcionamiento desde septiembre de 2024 y financiados con fondos europeos del programa EDUSI, y sus datos se recogen en el propio documento de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE, espacios con prioridad para peatones y reducción de la contaminación) de Santander que presentaba ayer la alcaldesa, Gema Igual, quien negaba que la ciudad tenga un problema de contaminación.
La zona elegida por el PP –que durante años dilató el cumplimiento de la Ley que suponía su puesta en marcha y daba a entender que se les obligaba a una solución más ambiciosa- se centra en el Ensanche, un área que ya tiene calles peatonales y semipeatonales –por tanto, menos tráfico–, y lo justificaba en que ese área permite una implantación más rápida, dada la situación de emergencia climática.
Estos sensores están ubicados en zonas de alta densidad de población y tráfico, así como en entornos sensibles como centros escolares o residencias. En concreto, se encuentran en las siguientes localizaciones: calle Alta, calle San Fernando, avenida de Valdecilla, General Dávila, zona de Numancia, Paseo Pereda, Cuatro Caminos, calle Vargas, calle Castilla y zona del Ayuntamiento.
Los resultados muestran que se superan los valores límite de dióxido de nitrógeno (NO₂) establecidos por el Real Decreto 102/2011 en varias estaciones. El dióxido de nitrógeno (NO₂), derivado principalmente del tráfico rodado, es uno de los contaminantes más problemáticos en la ciudad. Junto a él, las micropartículas PM2.5 y PM10, que pueden penetrar profundamente en el aparato respiratorio, presentan niveles que implican riesgos graves para la salud, especialmente en colectivos vulnerables como menores, personas mayores o con enfermedades respiratorias.
Además, los niveles de partículas en suspensión PM10 y PM2.5 se encuentran por encima de los valores recomendados por la OMS, que son más exigentes que los legales vigentes en España.
Las zonas más afectadas por niveles elevados de PM2.5 son Cuatro Caminos, calle Castilla y Valdecilla, con valores que rebasan los 15 μg/m³ recomendados por la OMS. En el caso del dióxido de nitrógeno, se detectan superaciones destacadas en San Fernando, Vargas y Numancia, donde la densidad de tráfico es muy alta. Allí no se contempla Zona de Bajas Emisiones, si bien el documento remite a algún tipo de futuras medidas de pacificación del tráfico.
El informe destaca que los sensores utilizan tecnología de calibración automática y envían datos en tiempo real a una plataforma centralizada. Esta red complementa a las estaciones oficiales del Gobierno de Cantabria, mejorando la capacidad de diagnóstico ambiental a nivel urbano.
UN PARQUE MÓVIL MÁS CONTAMINANTE QUE OTRAS CIUDADES
El análisis también incorpora una estimación del impacto del tráfico sobre la población. Se calcula que más de 11.600 personas están expuestas a niveles de ruido superiores a los recomendados durante la noche, en una relación directa con el volumen de circulación.
En paralelo, el estudio señala que el parque móvil de Santander está compuesto mayoritariamente por vehículos contaminantes. El 28,16% no dispone de distintivo ambiental, mientras que solo un 1,19% cuenta con etiqueta 0 emisiones. l 29,59% dispone de etiqueta B, el 35,26% de etiqueta C, mientras que los más sostenibles —ECO y 0 emisiones— suponen apenas un 7% del total.
Esto contrasta con la media nacional y agrava la problemática ambiental.
Además, frente a otras ciudades en las que el tráfico viene marcado por la actividad laboral y baja en verano, el informe constata que Santander mantiene niveles elevados de tráfico incluso en los meses de verano con la afluencia turística.
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