La miro y es todo lo que se me ocurre. Pero cuando la oigo - o la leo- ah, entonces, los pelos se me ponen como escarpias porque tengo que reconocer que se supera cada día la fascista esta de las narices, la señora (mucho...

Su lugar favorito se llamaba recuerdo. Volvía a él, muchas veces de casualidad, como quien sale a caminar y se deja llevar por las calles que habitan su ciudad y cuando quiere darse cuenta acaba ahí, en alguno de esos sitios que, sin saber cómo,...