El barco saudí Bahri Jeddah ocultó su escala en Motril en pleno estado de alarma

El barco saudí que transporta armamento venía ya de Brasil o Estados Unidos, pero su ruta no planteaba recalar en España
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Debido a la crisis por coronavirus, las miradas de todos los países se centran en combatir y establecer medidas para reducir sus consecuencias. Es este escenario el que aprovechó la pasada semana el barco Bahri Jeddah para atracar en el puerto andaluz de Motril sin que prácticamente nadie se percatase, haciendo gala del hermetismo habitual que rodea la actividad de estos barcos saudíes.

Luis Arbide, activista de la comisión ‘La Guerra Empieza Aquí’ de Ongi Etorri Errefuxiatuak sigue de cerca las actividades de estos buques. En su propia cuenta de Twitter denunció esta nueva llegada a puerto español de un barco saudí dedicado habitualmente al transporte de armamento.

Ruta del Bahri Jeddah

“Con todo descaro, mientras toda la atención está centrada en la emergencia sanitaria” afirmaba Arbide, además de explicar que se realizaba “con engaño, ya que en su sistema de localización indicaba que se dirigía a Turquía, y muy posiblemente, con el criminal propósito habitual”.

El Bahri Jeddah hizo parada en el puerto andaluz tras haber recalado en Salvador de Bahía (Brasil), Pensacola, Freeport, Houston, Wilmington y Baltimore (EE.UU.). Su sistema indicaba que se dirigía a Turquía, sin embargo, el 20 de marzo a las 10h llegó a Motril y partió rumbo Alejandreta a las 21h del mismo día.

Se trata del quinto barco de transporte de armamento que recala en España desde el diciembre pasado, y al igual que en ocasiones anteriores, el Gobierno aún no ha dado información oficial sobre esta última carga.

No es la primera vez que una de las navieras saudíes recalan en Motril. El Bahri Hofuf, barco de la naviera saudí visitante habitual del Puerto de Santander para cargar armas que luego son usadas en la guerra de Yemen, llegó al puerto andaluz el pasado mes de enero.

Tras más de seis meses sin pasar por Santander –sin que la economía del Puerto se haya resentido, que era uno de los argumentos con los que se defendían estos tráficos– y sin escalas previstas en 2020, Bahri se está inclinando en los últimos meses por puertos como el de Sagunto, en Valencia –su última escala–, o Motril.

LOS BARCOS DE LA MUERTE

El rechazo a estos barcos que transportan y cargan armamento para la guerra de Yemen comenzó en Bilbao, liderado por el bombero Ina Robles (también miembro de ‘La guerra empieza aquí’, que recientemente lanzaba un crowdfunding para apoyar un libro en el que repasa historias de activismo por todo el planeta).

Carga de contenedores en el Bahri Yanbu en Bilbao (Foto: Ina Robles)

Si se trata de un problema con dimensiones globales, con un barco que recorre mares de todo el mundo (el Yanbu llegaba desde Estados Unidos a Bilbao para acabar en Arabia Saudí), la respuesta también se está convirtiendo en global: en las últimas singladuras de Bahri en febrero, que ya venía de sufrir protestas de movimientos ciudadanos en Bilbao o Santander, ya se produjeron protestas de los estibadores de Marsella o Génova.

El documental ‘La guerra empieza aquí’ de Ongi Etorri Errefuxiatuak sobre la guerra de Yemen confirma este tráfico de armas que pasa por España. Cuentan en él con personas que trabajan en empresas de armas y colectivos comprometidos en la lucha antimilitarista, entre otras fuentes, que completan con la información obtenida durante su proceso de investigación, dado que “buena parte de las ventas de armamento son ocultadas por las instituciones implicadas y están rodeadas de un gran secretismo”.

LA CRISIS EN YEMEN SE AGRAVA

Este tráfico de armas no contribuye a frenar el conflicto bélico que existe en Yemen, un país devastado que sin recursos va a tener que enfrentarse a la nueva crisis sanitaria.

Esta semana Oxfam Intermón ya anunciaba que la envergadura del problema con el coronavirus en Yemen iba a ser enorme. Las restricciones fronterizas debidas a la pandemia de Covid19, la temporada de lluvias y el reciente aumento de los combates hacen que en el país no se vislumbre una tregua en el número de muertos, enfermos y desplazados, cinco años después del inicio del conflicto bélico.

Oxfam, que en Cantabria es miembro de la Coordinadora Cántabra de ONGDs, recuerda que una persona no combatiente muere cada tres horas y media como consecuencia directa de los enfrentamientos, pero muchos más sucumben al hambre y la enfermedad. En los últimos cinco años, según datos de la organización, cada hora 90 personas tienen que dejar sus hogares, 50 casos de cólera son reportados o 100 personas se suman a los que pasan hambre.

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