¡Que vivan los novios!

Carla y Rubén comienzan a las once de la mañana su fiesta de boda ajustándose a las medidas sanitarias impuestas.
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‘Novia mojada, novia enamorada’.  Eso dice un refrán, que nada añade sobre novia ‘enmascarillada’.

Así se han dado el si quiero Carla y Rubén en esta lluviosa mañana de viernes. Y, como para ellos es el gran día, han querido celebrar su unión adaptándose, eso sí, a las medidas sanitarias exigidas.

A las once de la mañana ya se oía gritar «Vivan los novios», en una terraza de Cañadío.

En la plaza si que es habitual escuchar el cumpleaños feliz, pero esto de celebrar una boda, a media mañana, es una sorpresa dentro de esta ‘nueva normalidad’ que cada día nos sorprende un poco más.

Un grupo reducido de invitados, enmascarillados y repartidos en tres mesas de seis personas cada uno guardando las distancias exigidas, formaba la curiosa comitiva nupcial.

La novia, feliz, hablaba para EL FARADIO: » evidentemente nunca imaginé que mi boda sería así, pero mi ilusión era celebrarlo de alguna manera y yo creo que la ilusión hay que mantenerla siempre, a pesar de la complicada situación que nos está tocando vivir. Nosotros estamos contentos, aquí, con un grupo de amigos, celebrando este día. Hemos firmado en el registro civil a las diez de la mañana y tenemos todo el día por delante para disfrutar. No es lo que había pensado, pero también tiene su cosa celebrarlo así».

Carla se gira y llama a Rubén para que venga a hacerse la foto que inmortalizará en esta noticia de EL FARADIO, su gran día. Ruben duda, «¿Y la mascarilla? Nos vamos a hacer la foto con la mascarilla?» Así que en la foto no se ve su sonrisa, pero los dos están encantados con la boda y con la compañía de sus amigos, aunque sea en grupos separados.

Desafiando al frío con su vestido largo blanco sin mangas, Carla se muestra radiante y nos cuenta que, tal vez, cuando todo esto pase, celebra una boda por la iglesia y con un gran  banquete, tal y  como  ella había imaginado, pero con lo de hoy, dice, está satisfecha.

Al final, su historia es un cúmulo de casualidades. El, argentino; ella, madrileña, se conocen en Santander y celebran su boda bajo la lluvia en una terraza y en pleno estado de emergencia…. ¿Qué será lo siguiente?

 

 

 

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