¿Dónde están las que escriben sobre música?

Varias periodistas y representantes musicales coinciden en la necesidad de promover un cambio en una industria tradicionalmente masculina
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Periodismo, mujeres y música. Como los viejos elepés, el periodismo musical actual tiene una cara A y una cara B. Por un lado, es cierto que con el paso de los años cada vez son más las mujeres periodistas que firman, dirigen y reivindican su voz. Pero, por otro, según la investigación realizada por la periodista Claudia Sáez Pechero en su trabajo de fin de grado, consultado por EL FARADIO y que nos ha contado ella misma en Arco FM,  ellas mismas señalan que el camino a recorrer sigue siendo enorme, algo que tienen en su mano las nuevas generaciones de periodistas.

La mayoría coinciden, además, en que han llegado a los puestos que ocupan actualmente porque han sabido aguantar el tipo y adaptarse a una clara precariedad, además de recorrer un camino en el que no han tenido referentes a las que mirar. La necesidad de demostrar sus conocimientos y hacerse valer, algo que ya se daba por hecho en el caso de los hombres, estaba a la orden del día, sobre todo frente a los directivos de los medios (también mayoritariamente hombres). Para ellas, el periodismo musical ha sido un terreno históricamente masculino, en el que se avanza con pasos muy cortos hacia otros escenarios futuros y esperanzadores.

PERDONA, LA JEFA SOY YO

Sobran datos que evidencian que, como cantaba James Brown, “this is a man’s world”. Según un estudio reciente de la Asociación de Promotores Musicales (APM), en España hay un 22% de mujeres directivas, pero vamos a peor, ya que en 2012 había un 10% más. En el ámbito musical no existen datos concretos, pero como la propia asociación afirma haciendo autocrítica, entre las más de 50 empresas que integran la organización, poco más del 10% cuentan con mujeres en lo más alto de la pirámide.

Virginia Díaz

Así lo confirma Sara Morales, redactora habitual de la Revista Efe Eme y colaboradora de la sección musical del Diario Montañés o la revista NEO2, afirma que, “aunque sí que hay mujeres que están presentes siempre somos menos chicas que chicos las que firmamos”. Además, añade que desde las empresas y agentes musicales “se ha encaminado todo hacia la visión masculina, sobre todo dependiendo de los géneros, como en el Rock o Punk”. “Ellos han iniciado el camino de liderar los medios, pero vienen las nuevas generaciones de mujeres y promotoras que poquito a poco vamos cogiendo sitio” remarca Morales.

Por su parte, Pilar González, periodista en DMúsica (El Diario Montañés), explica que en sus inicios sufrió bastante menosprecio motivado por dos razones: ser mujer y bastante joven. “Que una chica de 23 años estuviera ya redactando artículos al nivel de los demás chocaba” y relata como los puestos directivos, ocupados por hombres, siempre desconfiaban de la calidad del trabajo que ella pudiera realizar.

“En el periodismo musical ha habido muchas ocasiones en la que he sido, además, la única mujer en la redacción o en determinados proyectos e iniciativas” lamenta la periodista cántabra. Asimismo, señala ese ‘techo de cristal’ que sigue presente, “en todos mis trabajos la mayoría de jefes han sido hombres, y desgraciadamente no sé hasta qué punto está cambiando o no en la actualidad” indica. Así, cree que tenemos más oportunidades, “pero la realidad es la que es, y tenemos que tomar muchas más decisiones que los hombres en lo profesional que afectan después a nuestra vida personal”.

“LA MATERNIDAD Y EL PERIODISMO ACTUAL NO ESTÁN HECHOS PARA CONVIVIR”

“El momento en el que he sentido más barreras ha sido al quedarme embarazada” afirma la directora de la agencia de comunicación Así Desastre, Ana Medina.

Ana Medina

“Para mi ha sido muy complicado, ya que no he podido dejar de trabajar en ningún momento” explica, y llega a añadir que “estando en el paritorio ya le estaba preguntando a la comadrona si me iba a quedar muchos días porque el mismo lunes tenía que mandar una nota de prensa”. Es en esos momentos don de la periodista ha notado que lo tenemos más complicado, siendo la situación personal delicada de por sí. “Necesitaba mucho apoyo porque no podía dejarlo, aunque exista la baja maternal o diferentes ayudas económicas que se nos quedaban escasas” confirma.

Por su parte, la periodista Elena Cabrera une a la dificultad a la hora de la conciliación su trabajo como freelance, un combo que llega a dejarte sin posibilidad de tener una vida más allá de tu trabajo. “La maternidad y el periodismo actual no están hechos para convivir” sentencia Cabrera.

“Hubo trabajos en los que sentí que ya no podía acceder a ellos” y cuenta como en algunas entrevistas de trabajo posteriores a haber sido madre “no me han cogido porque querían a alguien con mayor disponibilidad”. Como ejemplo de ello le viene a la cabeza una entrevista de trabajo en la que muestra como, textualmente, llegaron a decirle que “preferían a alguien más joven e inexperto al que pagar menos”.

Por ello, lamenta que en el periodismo sigan existiendo dos maneras de estar: la primera, en una redacción y con un contrato, salario y horario más estable; y la segunda como freelance. “Considero absolutamente incompatible con la vida el ser madre y freelance, como yo he sido durante muchos años, porque supone las horas que inviertes a tu trabajo sumadas a las horas que inviertes en conseguir trabajo, además de cuidar a una hija”.

UN “TIMIDO CAMBIO”

Virginia Díaz, veterana en RNE y TVE, muy popular por su labor en ‘Cachitos’, también ha querido aprovechar para destacar la necesidad de apostar por una programación más paritaria en festivales, eventos o programas musicales. “Es necesario sobre todo para que la gente joven pueda tener más referentes, porque son los que van a poder llevar a cabo un cambio de paradigma en esta situación que venimos explicando” remarca.

Como periodista ha conseguido situarse al frente de un programa musical a nivel nacional como es ‘Cachitos’ en TVE, y considera que se está produciendo un “tímido cambio” a la hora de ver mujeres con puestos de poder en la televisión. “En Radio3 sí que tenemos un buen equilibrio, y nuestro director lo tiene muy claro, pero fuera de Radio 3 hay cierto frío, no vemos la misma situación y queda por andar mucho camino” indica.

En su programa 180 Grados se empeña en dar visibilidad a las mujeres músicas de este país. “Estamos en un año en el que se han acrecentado más las diferencias y dificultades, por lo que tenemos que poner el foco en los grupos más pequeños y de mujeres que lo necesiten más, para que la desigualdad vaya a menos y no a más”. Dentro de los géneros musicales señala al Trap o Reggaetón como los más machistas, “llegan a ser vejatorios con respecto a la mujer, con letras que no se deberían escuchar ni por hombres ni mujeres”.

Cierto cambio se puede ver dependiendo del género periodístico, ya que en la radio el número de locutoras es mayor que el de locutores, con un 80% de voces femeninas en España. “Antes la voz femenina inspiraba ternura, pero la voz masculina era la que daba autoridad, por lo que me alegro de que se amplíe el terreno”.

En el caso de los festivales musicales también queda mucho por hacer, como refleja el último estudio elaborado por la revista ‘Público’, que recoge como solamente el 13% de los artistas que actúan en los diez festivales más grandes del país son bandas y solistas femeninas. Aunque las mujeres sí estén representadas en los grupos mixtos, el número de hombres en ellos asciende al 74%.

Los grupos liderados por mujeres se enfrentan al dato más demoledor. Y en este punto, las ediciones del Viñarock, Arenal Sound o Cabo de Plata lideran ese ranking, con ni siquiera un conjunto femenino en su último cartel. Precisamente, la Ley de Igualdad recoge en su artículo 26 el deber de las administraciones de promover la presencia equilibrada de mujeres y hombres en la oferta artística y cultural pública. Una normativa que, como reflejan los datos, no se sigue.

“Al trabajar como intermediaria entre bandas y festivales veo que en los carteles debería haber más mujeres” destaca Ana Medina, pero el argumento de los festivales es que “se guían por los artistas que venden entradas o los gustos personales”. “Creo que es el momento de realizar un esfuerzo por cambiar la tradición de que no haya artistas femeninas en las cabeceras, y para que se produzca esa equiparación debemos visualizar más a esas pocas que hay ahora mismo” argumenta la representante.

AVANZAR EN LA INDUSTRIA MASCULINA

Redactoras, técnicas, representantes de bandas, directoras o reporteras. Las periodistas musicales no sólo han crecido en número, sino que están logrando alcanzar puestos de poder, desafiando ese tradicional liderazgo masculino. Avanzan pese a las inercias sexistas, las actitudes machistas y el desgaste que implica hacerse valer en un ámbito aún muy masculinizado.

Por ello se hace necesaria una revisión del sentido de la música que pasa por ajustar cuentas con el escaso papel que se ha reconocido a las mujeres en este campo durante tantos años, donde se las tolera cuando son jóvenes y divertidas, y donde se las arrincona cuando crecen.

Porque, escribamos como escribamos, contamos con el mismo derecho a ocupar el puesto que se nos ha negado durante años. Y es que, ya lo decía la madrina del punk y el feminismo en los 80 Patti Smith, “la libertad es el derecho de escribir las palabras equivocadas”.

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