¿De verdad es necesaria? Es lo que plantean muchos de quienes estos días se asoman al instituto Cantabria, en La Albericia, y comprueban que la gasolinera de la que ya han empezado las obras sería la cuarta, ni siquiera en la misma zona, sino literalmente en la misma calle, Repuente.

Esa opinión no la tienen sólo los representantes de la comunidad educativa del instituto o los colectivos que les apoyan (de FAPA a la Junta de Personal Docente pasando por la FECAV), sino que la plasmaron por escrito organizaciones de carácter empresarial.

En concreto, la representación de los empresarios cántabros CEOE y la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de Cantabria expusieron que ya hay suficientes gasolineras para garantizar la demanda.

Así consta en sendas alegaciones, idénticas, a la modificación del Plan General de Ordenación Urbana relacionada con la regulación general de las gasolineras, consultadas por EL FARADIO

En concreto, apuntaban a una “alta” concentración de estaciones, que supone que en los últimos diez años se han implantado un total de 19 gasolineras.

Por tanto, sostenía que están “suficientemente cubiertas las necesidades y prestación de servicio”.

Tanto la patronal como la asociación que aglutina a los empresarios de estaciones de servicio dejaban claro su defensa del sector.

Por un lado, sus alegaciones defienden que la instalación de gasolineras y estaciones de servicios “no supone peligros o molestias” para el entorno y vecindario “más allá de cualquier otra actividad comercial, residencial o deportiva”.

Además, consideran que “prestan un servicio a la comunidad, residentes y usuarios” por la “comodidad” que les proporciona el “acercamiento” del repostaje, junto a los servicios complementarios que se brinda (hostelería, tiendas…). Y garantizan que estas instalaciones se hacen “con respeto” al espacio urbano, cuidando el espacio, las zonas verdes o la ausencia de ruidos.

Fue una alegación en términos genéricos en la que, de hecho, no plantea ninguna solicitud ni crítica a la regulación propuesta, y que no pretende “demonizar” estas infraestructuras, sino “conciliar” ese uso con el residencial.

Si bien luego, en la segunda alegación, realizan ese añadido de que ya había suficientes gasolineras o estaciones de servicio.