Héctor ha sido ya absuelto y puesto en libertad

El joven fue detenido ayer durante la ejecución de su desahucio en Gama
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Héctor ha abandonado esta mañana el calabozo de Santoña donde permanecía desde que ayer fuese detenido por la Guardia Civil durante la ejecución del desahucio de su casa en Gama.

Finalmente, y tras haber sido fichado en la Policía Nacional, ha sido absuelto en la vista rápida en el Juzgado de Santoña de la acusación de resistencia de autoridad que se hizo ayer en su contra.

El propio Héctor ha contado a EL FARADIO que ha pasado una noche muy mala, «todo el tiempo dándole vueltas a la cabeza» y que cuando se le llevaron recibió algún golpe, pero que en ese sentido está bien.

Ahora está preocupado por su madre, muy afectada desde ayer, y sigue con varios frentes abiertos.

Uno de ellos, recuperar sus enseres personales de valor, que no pudo dejar recogidos antes, y que tampoco se permitió recoger después a sus amigos, de forma que están en manos de la nueva residente en la vivienda, a quien describe como satisfecha con la situación y disfrutando ayer mientras sucedía todo.

Dando prácticamente por perdida del todo la vivienda, sin muchas más posibilidades judiciales (aunque con techo en el que estar gracias al apoyo de su red personal), Héctor está pendiente de la acción judicial contra el prestamista, que se quiere canalizar a través de una nueva denuncia colectiva en Gijón, junto a más afectados.

Héctor ha estado bastante indefenso jurídicamente en la parte final del proceso: tras acabarse la relación con su anterior abogado de oficio, intentó paralizar el desahucio alegando en un escrito precisamente la situación de indefensión legal, pero no le dio tiempo. En general, la situación le ha sobrepasado, tanto a la hora de movilizar a medios y activistas, como en el propio desahucio, ante la presión de las fuerzas del orden, que cree que obedece a un intento de dar una lección para evitar futuras acciones. Este miércoles hablaremos con él en EL FARADIO DE LA MAÑANA.

AYER

El grupo de personas que ayer a primera hora se concentraron en la puerta de la vivienda de Héctor en Gama no pudo impedir la ejecución del desahucio que terminó con la detención del propio Héctor. Su madre, con la que compartía la vivienda, quedó con unos amigos de la familia.

Un momento muy doloroso tanto para la familia como para las personas que trataron de impedir el desahucio, entre ellos, miembros de la PAH y de Stop Desahucios que fueron testigos de cómo los agentes antidesahucios cortaban con tenazas la verja de entrada a la casa y ejecutaban la orden.

Lo de ayer fue el colofón de una historia que, según denuncia Héctor, comenzó cuando fueron estafados por un prestamista al que pidieron dinero para adaptar su casa con el fin de que que su hermano, con discapacidad, pudiera vivir en ella. Por el camino fallecieron tanto su hermano como su padre.

Durante años, Héctor ha luchado para tratar de evitar el momento vivido ayer que terminó con su madre alojada en otra vivienda y atendida por amigos de la familia y con el propio Héctor trasladado a un centro médico antes de entrar en el calabozo acusado de resistencia a la autoridad (oponerse a una acción policial, modalidad inferior a la de agredir o actuar, que se denomina directamente atentado). Cuando su amigo Iván acudió a la vivienda a recoger enseres de Héctor, ya no pudo acceder y, según relató, tampoco estaban todos, señalando a la nueva residente en la vivienda como la que se ha hecho con los de más valor.

APOYOS

Durante todo el proceso, Héctor ha recibido el apoyo de amigos y activistas que ayer presenciaron impotentes la situación vivida. Israel Ruiz Salmón fue una de las personas que ayer trató de impedir el desahucio. Minutos después compartía en redes estas palabras:

«He estado en varios desahucios, pero nunca en uno que finalmente se ejecute, donde la impotencia te arrolla. En donde la inmediatez te hace meter en una bolsa de basura -lo que encontramos- las decenas de medicinas de una madre que ve cómo detienen a su hijo por defender su casa. Es tal la deshumanización del proceso que ni la comitiva judicial ni el cuerpo policial incluyen personal explícito -trabajador/a social, psicólogo/a, por ejemplo- que ayude en la gestión de un golpe tan fuerte para las víctimas que dicen adiós a su hogar y su vida. Enorme falla. Si yo me he ido destrozado de allí, no puedo imaginar cómo lo habrán vivido y estarán ahora las víctimas de todo esto. Porque hablamos de vidas, de gente como yo que escribo estas líneas o tú que estás leyendo. Hoy son ellos, mañana podemos ser cualquiera. Insisto, cualquiera. Todo en un contexto profundamente desfavorable para las víctimas, con una opinión pública y publicada que cada día amplía la alarma social sobre las ocupaciones -sin distinción usurpación/allanamiento- cuando son 18 veces menos que los desahucios. Con leyes de vivienda o urbanismo supeditadas a la economía especulativa, en lugar de al fin social que deben cumplir. Una grave distorsión democrática que destroza vidas para siempre, que expulsa a gente a los márgenes y que va en sentido contrario a los derechos humanos».

DE LA REFORMA A LA DENUNCIA DE ESTAFA

Todo parte de la reforma de esa vivienda para adaptarla a la situación de discapacidad de su hermano, ya fallecido. No atendidos por la banca, y con el padre en desempleo (fallecido también), recurrieron a un prestamista a quien tanto Héctor como más afectados han llevado a los tribunales por estafa.

En los últimos días se había hecho un intento de evitarlo, negociando con la persona a cuya titularidad se inscribió la vivienda en la que residen Héctor y su madre, la que compraron y reformaron en su día.

En sus redes sociales, Héctor señala expresamente al inversor gijonés Francisco Javier Riondes como responsable del «expolio patrimonial» al que Héctor, que lleva varios años abanderando la lucha de su familia desde que estallaran todos los problemas económicos (que a él le pillaron muy joven).

Tras fallecer su padre, Héctor se marcó el compromiso de «no descansar hasta que los responsables de la ruina terminaran siendo condenados», incluyendo en ese empeño en evitar los desahucios por situaciones similares, por los que señala al prestamista José García Rendueles.

SEGUNDO DESAHUCIO EJECUTADO EN MENOS DE UN MES

En las plataformas antidesahucios prende la preocupación por la ejecución de varios desahucios seguidos y por los despliegues policiales que les acompañan, que temen que dificulten mucho su labor de protección a los afectados en un momento de dificultades económicas que la experiencia ya ha dejado claro que acaban trasladándose a los problemas de vivienda y traduciéndose en desahucios y ejecuciones hipotecarias.

No es el único desahucio (de los que trascienden, ya que las estadísticas confirman que se vienen produciendo) que se consuma recientemente pese a los intentos activistas de frenarlo: hasta la fecha prácticamente todos de los que se tenía conocimiento por las plataformas y en los que se convocaba acción antidesahucios lograban frenarse por la presión de la protesta, la vía legal o el reconocimiento de la situación de vulnerabilidad, pero hace semanas se ejecutó, al segundo intento, el de Jennifer, en Santander (Cuatro Caminos), al acudir también un fuerte despliegue policial que logró bloquear los accesos a la calle impidiendo el acceso de los activistas. Un tercer caso con menos trascendencia por deseo expreso de los afectados también se ha dado recientemente.

LOS DESAHUCIOS MULTIPLICAN POR 18 A LAS OCUPACIONES

Pese al foco informativo y parlamentario, los datos del poder judicial indican que os juzgados de primera instancia de Cantabria tramitaron durante el segundo trimestre de este año 2022 un total de 144 desahucios y 8 procedimientos judiciales por ocupación. Es decir, los desahucios multiplican por 18 las ocupaciones

 

 

 

 

 

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