Tras la convulsión que en el mundo del cine ha generado la publicación en EL PAÍS del documentado artículo con las acusaciones de violencia sexual al director Carlos Vermut, en la antesala de los premios Feroz que concede la crítica, Jesús Choya (de las productoras Pico Tres Cine y Sincio) aboga por «mantener» la conversación que se ha generado al respecto y, sobre todo, contribuir a que sea «más profunda».

Su contribución ha sido un post, bastante comentado en el sector y en torno al cual charlamos en el programa de radio EL FARADIO en ARCO FM, en el que repasa experiencias propias, entre ellas una en los Feroz del año pasado, donde ya se habló del tema a raíz de la denuncia de agresión sexual por parte de la actriz y cantante Jedet Izquierdo.

Algo que, recuerda, «fue olvidado por la industria». Después de los Feroz se mandaron a productoras y rodajes protocolos antiacoso, pero este año el tema no se ha recuperado hasta la publicación del artículo en EL PAÍS.

En general, aboga por tener «mucho cuidado con las expectaticas» de que pase aquí lo que sucedió en Estados Unidos con el Me too, convertido aquí en un mariajimenesco «Se acabó» que sí que cree que hará que se conozcan más historias, aunque no necesariamente su evolución sea judidical al mismo nivel que allí. Entre otros motivos, enfatiza, porque hay acciones que se mueven en el «terreno de los grises» y no todas las prácticas son necesariamente ilegales.

Sobre todo, porque esta conversación «incómoda» no sólo se refiera a prácticas que se han «normalizado», sino porque va más allá de lo meramente sexual y se extiende a conceptos como la «jerarquización hosti» en el mundo del cine y los rodajes, las jerarquías establecidas o el edadismo, en suma, a las relaciones de poder en una industria que «tiene muchas cosas que revisarse estructuralmente».

Por eso aboga por, más allá de la concepción de «batalla», conseguir crear espacios para abordar estos temas, y ser conscientes de las «consecuencias que tienen en las personas», abordando cuestiones que tien que ver con la «salubridad» de los espacios de trabajo