Los compradores del edificio de la calle Santa Clara, 8, en Santander, tendrán que realizar obras por valor de 5 millones de euros para rehabilitarlo y destinarlo a viviendas turísticas, previa expulsión de los cuatro residentes que quedaban de un inmueble que se ha ido vaciando con los años, como avanzaba la semana pasada EL DIARIO MONTAÑÉS.

Todo mientras justo se produce un intenso debate (como ejemplo la masiva manifestación en Canarias) sobre las consecuencias de la proliferación de viviendas turísticas sobre el precio del resto de la vivienda, sobre lo que han llamado la atención estos días distintos colectivos de vivienda, ecologistas o partidos de izquierda durante el proceso de consultas para el nuevo decreto de viviendas turísticas que elaborará el Gobierno de Cantabria.

“Esta casa es mi vida”

El propietario original de este céntrico inmueble, situado frente al instituto Santa Clara, ha iniciado un proceso de venta, aún no consumado en su totalidad, a una nueva empresa, como contaba ayer EL FARADIO, el fondo de gestión de finanzas Global Cuena SL, con domicilio social en Madrid y vinculado a decenas de sociedades similares de gestión de finanzas y participaciones de empresas a través de un despacho especializado en Chamartín.

Un fondo de gestión de finanzas, tras la operación de compra del edificio de la calle Santa Clara que se quiere destinar a viviendas turísticas

Ya constan los primeros pasos para el proyecto básico de la rehabilitación integral que, según ha comprobado EL FARADIO, abordará obras de rehabilitación de patologías, la escalera principal o la apertura de nuevos huecos de escalera y un nuevo ascensor.

La obra se extiende a la rehabilitación de fachadas exteriores, patios interiores y de las propias viviendas, e incluye una nueva distribución de los pisos, así como la rehabilitación de las zonas comunes (rellanos, portal…).

Refuerzos metálicos de estructura; nuevas instalaciones de electricidad, gas, comunicaciones o saneamiento; nueva carpintería interior y exterior, pintura…

Todo de forma preliminar, pudiendo ser objeto de modificación cuando se realice el proyecto más en profundidad.

Serán dos años de obra y para ejecutarlas será necesario ya el desalojo de los propietarios.

Se trata, según información del catastro consultada por EL FARADIO, de un edificio que data de 1951, con nueve plantas y que abarca una superficie de 4.500 metros cuadrados, lo que, tal y como especifican a EL FARADIO profesionales del sector, de acuerdo a los precios del momento eleva el importe de esos trabajos a entre 5 millones y 5,5 millones de euros,