Chitín Mantilla, vecina de la calle Santa Clara, se convertía esta semana sin quererlo en el rostro de la expulsión de habitantes del centro de las ciudades por la oleada turistificadora, al trascender primero en El Diario Montañés y después ya en más medios el riesgo de tener que abandonar su vivienda porque el propietario del edificio lo ha vendido con el fin de dedicarlo a apartamentos turísticos.

“Esta casa es mi vida”

Y todo en la semana en la que se conocían las aportaciones de distintos colectivos sociales o partidos para el nuevo decreto de viviendas turísticas, con las que alertan del impacto que esta modalidad está teniendo en el aumento de los precios de la vivienda.

Para Oscar Allende, periodista y director de EL FARADIO, medio que entre otros temas, sigue asuntos urbanísticos en Santander, la ciudad vive una “encrucijada” sobre la forma de actuar ante esta oleada gentrificadora, al igual que en tras el incendio de 1941 se pudo optar por una reconstrucción más humana o por la que finalmente se impuso: la expulsión de los vecinos de las clases populares al extrarradio para que el centro fuera ocupado por las nuevas élites surgidas en pleno asentamiento de la dictadura franquista.

El detalle de esa reconstrucción lo expuso la periodista Olga Agüero, decana del Colegio de Periodistas de Cantabria, quien desplegó, fruto de su investigación periodística y de documentos que no habían trascendido del propio archivo municipal, las subastas, los incumplimientos, las normas a medida, las dádivas del régimen a las familias ligadas a la Falange, los beneficiarios, las normas de los poblados en los que se alojó a quienes nunca pudieron volver a sus casas … en ese proceso urbanístico que supuso también una segregación social en Santander.

Y que respondía al modelo de ciudad orgánica al que respondía el urbanismo franquista, un modelo que, apuntaban ambos, sigue vigente en Santander: hace apenas un lustro,  distintos barrios como El Pilón o Cueto se alzaron contra proyectos que suponían expulsión vecinal, con el ejemplo de Amparo Pérez como inspiración y tras episodios terribles como el derrumbe del Cabildo de Arriba, en el que murieron tres personas.

Todo este modelo, desde el incendio hasta los años de la burbuja, pasando por aquella oleada reivindicativa reciente, se cuenta en ‘Expulsados’, editado por Libros.com, y coescrito por Oscar Allende, Guillem Ruizánchez y Eva Mora, con un capítulo específico de Olga Agüero con nuevas aportaciones sobre la reconstrucción. En el libro se analizan las alegaciones al último PGOU para determinar a quién se respondió afirmativamente y  quién negativamente en el último documento urbanístico (que acabaría anulado por el Supremo).

‘Expulsados’ se puede conseguir o bien en Libros.com o bien en La Vorágine, y fue posible gracias a la implicación de los propios vecinos de la ciudad a través de una campaña de crowdfunding, como extensión del modelo periodístico de EL FARADIO, que saca adelante sus investigaciones sobre el urbanismo y las adjudicaciones en Santander, o la agenda cultural y reivindicativa, gracias a las cuotas de su comunidad de lectores y oyentes.

Todos estos factores se expusieron este viernes en la tercera jornada del ciclo “Construir Santander”, organizado por el Conceju Local de Cantabristas en la capital en torno al urbanismo y formas más amables de construir ciudad.

En este sentido, Manuel Núñez, físico, docente y portavoz del Conceju Local de Cantabristas Santander, advertía del “sesgo de clase” que tuvo la reconstrucción del incendio y que se mantiene en la actualidad.

Núñez expuso algunos datos recientes sobre la evolución urbanística reciente de la ciudad, como la pérdida de población en el centro, o el fuerte incremento en zonas como Peñacastillo, llamando la atención sobre cómo Santander ha perdido habitantes en la misma medida –y cifra—en que construía nuevas viviendas, o señalando los solares vacíos en los que, detalló, podrían construirse 1.200 viviendas-, así como nuevos proyectos, como la construcción de más de mil viviendas en Adarzo.

CONSTRUIR SANTANDER

El ciclo de jornadas “Construir Santander” de Cantabristas tiene como objetivo llamar la atención y poner el foco público sobre la gestión del urbanismo, entendiendo el mismo como “un factor vertebral para garantizar el bienestar de la ciudadanía, ya que de él dependen en gran medida la sostenibilidad, la salud o la movilidad”.

Tras esta tercera jornada centrada en “el sesgo ideológico y de clase del desarrollo urbanístico”, Cantabristas continuará con el ciclo el próximo 26 de abril, también en su sede de Santander, abordando el papel del urbanismo como herramienta para combatir la masificación turística.