El currículum de Patricia Simón es, aparte de una serie de medios que son de por sí un mensaje (Periodismo Humano, La Marea, 5W…) un listado de países que suponen de por sí una geografía de las vulneraciones de los derechos humanos, del conflicto y, mucho nos tememos, de la impunidad que parece estar volviéndose estructural y que ella lleva al título de su nuevo libro.

‘Narrar el abismo. Periodismo de conflictos en tiempos de impunidad’ se presenta este miércoles a las 19.30 en la librería y espacio de cultura crítica La Vorágine, donde repasará un libro que habla de derechos humanos, de valores, de ética, y de la contribución del periodismo a todo esto.

De todo esto y –lo más difícil, buscando lo positivo en la información internacional y los derechos humanos- pudimos charlar en EL FARADIO, en una nueva entrevista con una reportera de referencia en coberturas internacionales tras la que mantuvimos la semana pasada con Lola Hierro.

De la dignidad de los ‘intemperiados’ a la intemperie ética

GAZA, LA FRONTERA DE LA IMPUNIDAD

El libro se configura también como un manifiesto ético sobre la importancia del periodismo para combatir esa impunidad y “contrarrestar la ola reaccionaria y de ultraderecha que está imponiendo un orden de crueldad y de caos”-

Era inevitable hablar del genocidio en Gaza –el exterminio programado por parte de Israel que ha afectado a hospitales, repartos de ayuda humanitaria y causado una hambruna y matanzas infantiles– que ha evidenciado muchas cosas, muchas de ellas relacionadas con la impunidad que lo ha hecho posible, ya que “el uso de la fuerza sin respeto por el derecho internacional ha normalizado una cultura de la impunidad”.

La consecuencia, en un contexto en que se está queriendo imponer el relato de que ya hay paz pese a que siguen los asesinatos de gazatíes y la entrada de ayuda humanitaria se abre y cierra a voluntad de Israel, “ahora cualquiera puede hacer lo que quiera, y las potencias occidentales no podemos exigir respeto por la ley porque hemos sido cómplices de un genocidio”.

Frente a la propaganda, hablan las víctimas del genocidio y de las décadas de ocupación

EL PAPEL DEL PERIODISMO

Ahí está la labor del periodismo, que durante mucho tiempo, dejó de ver como noticia, como novedoso, la ocupación por parte de Israel de un territorio que no es suyo, cuando “lo que debería haber sido noticia era justamente eso: que se puede incumplir la legalidad internacional durante décadas sin consecuencias”.

Patricia Simón hace un alegato por un periodismo que aporte contexto, causas y reflexión, que requiere una actitud casi como de “estudio” y que no es incompatible ni condescendiente con la comprensión de que al otro lado, la audiencia se encuentra entre “saturados, tristes y agotados”, con poco tiempo para informarse.

Asoma de nuevo la búsqueda de una salida en positivo: desde el mayor interés que despierta lo internacional y los derechos humanos hasta los contenidos que llegan a través de Instagram y redes sociales generando “una nueva conciencia” entre la juventud, la misma que se movilizó contra el genocidio –recordemos las acampadas universitarias hace un año- y contra el cambio climático, la misma Generación Z que está protagonizando una nueva ola de revueltas en todo el mundo, de Marruecos a Nepal.

Sobre todo, esa visión del periodismo como “colmena” en la que el trabajo sobre el terreno de reporteros, corresponsales e informadores locales encuentra el respaldo de asociaciones de derechos humanos, juristas y activistas –con el ejemplo de las protestas globales contra Israel, canalizadas en España con hitos como la Vuelta Ciclista o la Flotilla, que contribuyeron a un cambio de opinión de los gobiernos y a evidenciar el problema de imagen que se estaba autogenerando con el genocidio-.

“Todo suma. En Cisjordania, por ejemplo, los palestinos nos agradecen las movilizaciones en España y la solidaridad de la ciudadanía, aunque el Gobierno no haya estado a la altura. Eso demuestra que sí sirve”, valora.

SUDÁN, “LA GRAN CRISIS HUMANITARIA ACTUAL”

Con el genocidio en Gaza bien presente dada la dimensión del horror, Patricia Simón, que ha viajado por todo el mundo documentando conflictos –y el después-, pone foco en la que es “la gran crisis humanitaria actual”, la de Sudán, que apenas se cuenta salvo cuando hay genocidios o hambrunas, lo que contribuye a la deshumanización de los sudaneses.

La periodista se remite de nuevo al papel que podían haber tenido los medios para contrarrestarlo, si se hubiera dado la atención que merecía la “revolución épica” que en 2018-2019 derrocó a Omar al-Bashir, “uno de los dictadores más sangrientos de África”.

“Cuando el ejército y los paramilitares destruyeron aquella transición democrática, la gente ya no los veía como un pueblo valiente, sino condenado”, lamenta Patricia Simón, que apunta también a otra de las claves, la red de intereses internacionales: Rusia exporta el oro sudanés para financiar su invasión de Ucrania; y Ucrania, a su vez, entrena con drones a los militares sudaneses.

‼️BNP Paribas, el mayor banco francés, ha sido condenado por complicidad con los crímenes cometidos en Sudán por el dictador al-Bashir, uno de los más sangrientos y genocidas del último siglo.

BNP Paribas financió al Ejército y a las milicias que cometieron el genocidio de…

— Patricia Simón ✍️ (@patriciasimon) October 21, 2025

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