La asociación ecologista ARCA ha pedido explicaciones al Ayuntamiento de Santander ante una tala masiva en una finca en la Avenida de Reina Victoria (a la altura del número 28).

Tala de árboles en la finca de Reina Victoria

En concreto, en un escrito dirigido a la Concejalía de Parques y Jardines ante la «alarma y extrañeza» suscitada, ARCA pregunta varias cuestiones:

– Qué persona o entidad es el propietario de la finca en la que se ha efectuado la tala.
-Qué persona o entidad ha tomado la decisión de realizar la tala.
-Con qué finalidad o justificación se ha decidido llevar a cabo la misma.
-Qué empresa o entidad la ha ejecutado, y con qué criterio técnico.
-Si dicha tala ha contado con la autorización, supervisión o colaboración de la Concejalía.

-Número de árboles de medio y gran porte talados, y especies arbóreas a las que pertenecían.
-Y si se ha realizado un informa de la repercusión que dicha tala ha ocasionado en el paisaje formado por el entorno de parcelas arboladas que circundan a la bahía.

EL PUZZLE DE SAN MARTÍN

Promontorio de San Martín

Según publicó en su momento EL FARADIO, esta parcela salió a subasta el año pasado, sin que se vendiera en un primer momento, y quedando pendiente de una segunda cita cuyo resultado no ha trascendido-

Todo en una zona, San Martín, que se revalorizó con ocasión del Mundial de Vela de 2014,  y en la que se aprobó un convenio urbanístico (aún no desarrollado, pero cuya aprobación exprés impidió que se redujera la edificabilidad y sin que se haya avanzado tampoco en la localización de los restos arqueológicos que pidió el Gobierno de Cantabria).

Es el convenio para el promontorio de San Martín, donde una mayoría de las propiedades, en el entono del Palacio de Festivales y Gamazo, y que no afectaba a esta finca, son del Grupo SADISA, al que pertenece la constructora ASCAN, quien, además, planteó mejoras en la zona (como la plaza que supuso la eliminación de la bolera o la mejora de las conexiones), propuestas suyas que fueron incorporadas al PGOU.

CANTABRIA, SIN PROTECCIÓN A LOS ÁRBOLES

En un comunicado, ARCA –suyo fue el recurso que acabaría llevando al Tribunal Supremo a tumbar el Plan General de Ordenación Urbana de la capital– insiste en la «total indefensión en la que jurídicamente se encuentran los árboles urbanos en toda Cantabria» (todavía está reciente la tala de árboles en Loredo, Ribamontán al Mar, que a posteriori la CROTU rechazó legalizar; y en Torrelavega movimientos como Torrearboleda han protestado por la tala de árboles para cubrir el parque Manuel Barquín).

Tala de árboles en Loredo

Tras matizar que reconocen la «excepcionalidad» de talas urbanas en casos de obras necesarias, los ecologistas aseveran que «no es aceptable ni propio del tiempo presente, como ocurre en Cantabria, seguir considerando a los árboles como simple mobiliario urbano, al igual que los bancos, papeleras o semáforos».

Y añaden que «si recientemente a nivel nacional se han reconocido a los animales de compañía como seres sensibles, con derecho a un trato adecuado, no hay razón para no considerar a los árboles como seres vivos de interés general en los entornos urbanos, por los muchos beneficios que aporta a la población en la naturalización del paisaje urbano, la calidad del aire, la regulación del clima, la salud, y absorción de ruidos entre otros muchos».

Tala de árboles en Torrelavega

En definitiva, lo que ARCA solicita es «que se ponga fin a la improvisación e irresponsable ligereza con la que nuestros regidores municipales ponen y quitan árboles como si se tratara de simples postes», por lo que apuestan por una planificación a medio y largo plazo.

Además, recuerdan que Cantabria es una de las pocas comunidades que carece de una ley de protección del arbolado urbano. De hecho, la propia ARCA elaboró una propuesta de ley que presentó al parlamento regional en 2016, que fue rechazada por la mayoría de los grupos parlamentarios.

«Cantabria tiene la desgracia de padecer una clase política que no está a la altura de la tierra que gobierna. Absorta en su pasión por las obras y el hormigón, ha dado la espalda a uno de los elementos más característicos de la identidad de Cantabria, como es su arbolado», sentencian.