La policía de balcón en sentido literal: la mayor presencia en el domicilio supuso el incremento de denuncias ciudadanas de delitos
Si el término policía de balcón, acuñado durante la pandemia, se refería fundamentalmente a los episodios de crítica o señalamiento a determinadas actitudes durante el confinamiento en sus distintos fases, hay momentos en que ha sido prácticamente literal.
En su memoria anual, consultada por EL FARADIO, la Fiscalía Superior de Cantabria describe una tendencia relacionada con el tráfico de estupefacientes: el confinamiento facilitó la observación ciudadana y eso ha llevado a un incremento en las denuncias por hechos que, en otras circunstancias, hubieran pasado desapercibidos.
Esto fue “determinante” para la desarticulación de un punto de venta de drogas en un domicilio en Santander, aunque, contraponen, también refleja que el control de desplazamientos mermó los efectivos que se centraban en la lucha contra el tráfico de drogas.
La Fiscalía dedica buena parte de su memoria anual a asociar la actividad de las asociaciones cannábicas con prácticas delictivas.
Según reseña este organismo, son más “estancos” de venta de marihuana, como detectaron, sostiene, en otra operación de la que fueron alertados por vecinos de la zona.
Su “preocupación” se extiende a las plantaciones indoor –que la Fiscalía vincula en algunos casos a los clubes cannábicos–, que llegan a detectar en el centro de Santander, con una “importante” plantación en un piso de la calle Marcelino Sanz de Sautuola.
Esa investigación a asociaciones cannábicas fue derivada en otras ocasiones por parte del propio Gobierno de Cantabria, para controlar si eran legales –al ser asociaciones–, si bien en buena parte de ellas se acabó archivando al constatar la Policía o la Guardia Civil que no había tráfico de drogas.
Con todo, la consecuencia de este actividad ha llevado a una “importante” reducción de las solicitudes de inscripción de asociaciones, en lo que es una ruptura de tendencia, ya que en anteriores memorias lo que había era un ascenso.
“La actividad policial de denuncia sobre actuaciones ilegales en las asociaciones pudiera estar comenzando a dar sus frutos”, interpretan, así como sostienen que en estos entes se está dando una “coacción” por parte de las bandas de tráfico que “puede que haya replanteado en sus promotores la creación de futuras asociaciones”.
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